GUADALAJARA
Viajamos a la provincia de Guadalajara para conocer qué hay detrás del imponente Castillo de la Peña Bermeja situado en Brihuega.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la provincia de Guadalajara, concretamente hasta la preciosa villa de Brihuega. Allí, como no podía ser de otra forma, encontramos un gran número de construcciones y monumentos verdaderamente sorprendentes y espectaculares. Un claro ejemplo es, precisamente, el Castillo de la Peña Bermeja.
Se trata, sin ningún tipo de dudas, de una de las edificaciones más sorprendentes que podemos encontrar en este lugar. Este castillo está situado en el extremo sur de la población, sobre una eminencia rocosa. Sobre la construcción original que fue erigida por los árabes, se optó en el siglo XII por añadir diversas estancias de estilo románico. Con posterioridad, en el siglo XIII, se dio el paso de erigir la capilla de estilo gótico.
Si entramos por la puerta que se encuentra junto a la Iglesia de Santa María, encontramos el núcleo central del Castillo de la Peña Bermeja, que consiste en un espacio abierto con restos de otras tantas construcciones y que ha servido de cementerio.
Junto a la primitiva construcción podemos encontrar un conjunto de edificaciones que, en la actualidad, se utilizan como Capilla de la Vera Cruz, a la que se accede desde el prado de Santa María. Desde el nivel superior, podemos entrar a la que fuese la capilla del Castillo, que en la actualidad es la pieza artística más significativa que podemos encontrar en esta edificación.
En el imponente patio de armas de este Castillo de la Peña Bermeja encontramos la iglesia de Santa María de la Peña. Ésta fue edificada en el siglo XIII y se mejoró con posterioridad. Sin duda, en su conjunto, este Castillo es una de las grandes joyas que podemos encontrar en la provincia de Guadalajara.
Según la tradición, en esta villa vivió un hidalgo cuyo nombre era Alonso de Medina, que destacaba por tener “pocas rentas y mucha dicha”. Este hombre vivía junto a su preciosa hija Elisa. Tal era la belleza que desprendía que Abdul, un guardián del castillo, se enamoró perdidamente de ella. Hasta tal punto que perdió la cordura.
Una mañana cualquiera, en la que la joven se estaba bañando en el río Tajuña, el gobernante se lanzó a por ella. Elisa intentó, por todos los medios, defender su honor. Debido a su locura, Abdul clavó un puñal en el costado de la joven y acabó con su vida. La piedra sobre la que Elisa se recostó quedó teñida de rojo, ese rojo bermejo que da nombre al Castillo. Los briocenses de aquel entonces, tras descubrir lo ocurrido, cogieron esa piedra y la colocaron en el castillo. Hay quien dice que cada 15 de agosto, en el día de la patrona de la villa, esta piedra adquiere un tono rojizo aún más intenso.
Así pues, si estás pensando en visitar esta provincia de Castilla-La Mancha, no dejes pasar la oportunidad de acercarte hasta Brihuega. Es una villa verdaderamente impresionante, que cuenta con un gran número de rincones que merece muchísimo la pena descubrir. Estamos completamente convencidos de que no te va a dejar indiferente, ni mucho menos.