ÁVILA
Viajamos hasta Ávila para descubrir la curiosa historia que esconde el conocido como Palacio del Rey Niño.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Castilla y León, concretamente a la espectacular ciudad de Ávila. Allí encontramos un gran número de monumentos, rincones y edificaciones verdaderamente de ensueño y con mucha magia. Entre los numerosos ejemplos que podemos encontrar, hay uno que no deja absolutamente indiferente a nadie. Estamos hablando, cómo no, del Palacio del Rey Niño.
También conocido como Palacio Episcopal, se construyó en el siglo XII como parte de esas defensas de la icónica muralla de Ávila. Debemos tener en cuenta que, por aquel entonces, se erigía un palacio por cada puerta de esta muralla, con el objetivo de encargarse de su defensa.
El dueño de este Palacio del Rey Niño de Ávila era el obispo. Era a él a quien, precisamente, se le había encomendado nada más y nada menos que defender la puerta de la Catedral de la ciudad. Lejos de que todo quede ahí, debemos saber que el Palacio fue adosado al tramo de la muralla que discurre entre dos puertas. Se trata de la anterior y la puerta de San Vicente.
Una de las tantas curiosidades que esconde esta construcción tiene estrecha vinculación, precisamente, con su nombre. ¿Por qué este palacio es conocido como el del Rey Niño? Tenemos que centrarnos en las crónicas de la época, que aseguran que en esta edificación se instaló el que iba a ser el Rey Alfonso XI de Castilla, bajo la estricta tutela del obispo Don Sancho.
Por aquel entonces, el que llegó a ser conocido como “El Justiciero” fue trasladado a la ciudad de Ávila con el fin de protegerle hasta que se le pudiera nombrar un tutor regente. Por lo tanto, estamos ante uno de los hechos más destacados de la historia del Reino de Castilla durante el siglo XIV.
Un año a destacar es 1775, cuando esta construcción pasó a manos del Estado y todo tras la supresión de la Compañía de Jesús. Por aquel entonces, este edificio llegó a albergar nada más y nada menos que las escuelas públicas. Con el paso del tiempo, el Palacio se fue dividiendo para que se estableciesen diversos organismos públicos.
En la actualidad, en el Palacio del Rey Niño encontramos nada más y nada menos que el edificio de la Biblioteca Pública del Estado y Correos. A lo largo de los siglos, el resto de esta construcción fue destruida y, en su lugar, se encuentra otra que data del siglo XVI. De la edificación original se conserva la puerta, que está perfectamente rematada por un escudo, una ventana de esquina y la conocida como Sala de Sínodos. Sin duda, este Palacio del Rey Niño es realmente espectacular y merece mucho la pena visitarlo si decides escaparte a Ávila. Estamos convencidos de que no te va a dejar indiferente, ni mucho menos.