MADRID
Viajamos a la capital de España para conocer la historia que esconde el sorprendente Real Oratorio del Caballero de Gracia.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Madrid. No es ningún secreto que allí encontramos un gran número de monumentos, construcciones y rincones de ensueño. Un claro ejemplo lo encontramos en el conocido como el Real Oratorio de Caballero de Gracia.
Se trata de un templo de estilo neoclásico que podemos encontrar en pleno centro de la capital de España, concretamente en la Calle Gran Vía número 17. Pertenece a la Real, Antigua y Venerable Congregación de Indignos Esclavos del Santísimo Sacramento, fundada por el sacerdote Jacobo de Grattis, conocido como el Caballero de Gracia. De ahí el nombre de la iglesia.
Para comenzar, debemos tener en cuenta que el oratorio como tal se erigió en 1654. En el siglo XVIII presentaba un estado verdaderamente ruinoso, por lo que se procedió a su rehabilitación. Fue entonces cuando, en el año 1782, el reconocido arquitecto Juan de Villanueva recibió este encargo del Rey Carlos III, por lo que presentó dos proyectos. En el primero ampliaría lo existente mientras que, con el segundo, proponía un nuevo templo. La propuesta escogida fue esta última.
Este encargo llegó en uno de los momentos clave de la trayectoria de Juan de Villanueva, que ostentó el título de Arquitecto Mayor de las Obras Reales tras la muerte de Francesco Sabatini. Entre sus proyectos, se encuentran las Casitas del Príncipe de El Pardo y El Escorial, así como el Museo del Prado y el Observatorio Astronómico de Madrid.
Entre finales de 1782 y principios de 1795 se llevaron a cabo las obras del interior del oratorio. Se tardó tanto tiempo por la falta de fondos, por lo que el Rey Carlos III tuvo que prestar ayuda con parte de los ingresos obtenidos de la Real Lotería Nacional. Tanto es así que en 1794, debido a las deudas que imposibilitaban terminar las obras, un benefactor se comprometió a pagar esos gastos si se terminaba para la Octava.
Por aquel entonces, Juan de Villanueva había derribado una cornisa. La Congregación entendió que ese gesto solamente provocaría que la obra se retrasase más y, por ende, no iban a recibir la tan necesaria donación. Tras un periodo de intercambio de ideas respecto a este proyecto, finalmente Villanueva fue despedido y Juan Pedro Arnal finalizó la obra en 1795.
No podemos dejar de mencionar que, en 1789, se proyectó la fachada de la calle Caballero de Gracia pero no se construyó hasta 1830. Entre los años 1912 y 1917, como consecuencia de la alineación del edificio con la nueva Gran Vía, se obligó a destruir la casa de los capellanes para construir la fachada norte del oratorio, siendo obra de Carlos de Luque López.
En la etapa comprendida entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI se llevan a cabo diversos procesos de restauración. Entre 1975 y 1979, Fernando Chueca Goitia se encarga de la rehabilitación del interior del Oratorio, mientras que entre 1989 y 1993, Javier Feduchi Benlliure remodela la fachada de la Gran Vía. Entre 2002 y 2003 se da el paso de restaurar las pinturas de la cúpula y la vidriera de la Última Cena de Maumejean a cargo de José Sancho Roda y Antonio Sánchez Barriga. Sin duda, este Real Oratorio es una de las grandes joyas arquitectónicas que podemos encontrar en la capital de España.