MÁLAGA

Iglesia de la Encarnación de Marbella: su historia y vinculación con los Reyes Católicos

Viajamos hasta Marbella para conocer la historia que esconde la imponente Iglesia de la Encarnación. ¡No te dejará indiferente!

Iglesia de la Encarnación de MarbellaImagen de Tyk en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

Es el momento más que perfecto para viajar hasta la ciudad malagueña de Marbella. Allí encontramos un gran número de rincones con mucho encanto pero, sobre todo, edificaciones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos en la Iglesia de Santa María de la Encarnación.

Para conocer su historia, debemos trasladarnos hasta mediados de junio de 1485. Tras la Reconquista de Marbella por parte del Rey Fernando el Católico, se procedió a sacralizar las mezquitas para convertirlas en nada más y nada menos que en iglesias cristianas. Este templo fue puesto bajo la advocación del Misterio de la Encarnación de Cristo en la Virgen María precisamente por la veneración que sentían los Reyes Católicos.

Años más tarde, concretamente en 1505, esta iglesia se erigió canónicamente por Diego Deza, arzobispo de Sevilla. Eso sí, no fue hasta enero de 1510 cuando se constituyó en cabecera de vicaría episcopal, y todo conforme a la división que realizó el obispo de Málaga, que por aquel entonces era don Diego Ramírez de Haro.

Debemos tener en cuenta que Juan Repullo, en 1594, se encargó de realizar un imponente retablo, tras la orden de don Luis García de Haro. Una obra que costó nada más y nada menos que 25 escudos. Siglos más tarde, concretamente en 1720, hay constancia de que se reparó el tejado pero, además, se colocó una nueva solería. Pese a los arreglos y reformas, la falta de espacio y el mal estado en que se encontraba, derivaron en la necesidad de construir un nuevo edificio. Unas obras que finalizaron en 1762.

Interior de la Iglesia de la Encarnación de Marbella | Imagen de Antonio Luna en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

No fue hasta 1767 cuando se procedió a la inauguración de la nueva iglesia, colocando el Santo Sacramento. A pesar de los esfuerzos, lo cierto es que la calidad de las obras no fue óptima, ya que pronto empezó a apreciarse un gran deterioro en diversos elementos. Aun así, es importante tener en cuenta que no constan destrozos durante la Guerra de la Independencia.

Eso sí, muy probablemente se produjera el expolio de diversas obras de arte que albergaba. Una vez terminada esta guerra, se vieron obligados a reparar y reconstruir la torre. Fue en 1813 cuando el Ayuntamiento de Marbella dio el paso de financiar ese primer reloj que se instaló en el campanario, que fue comprado en Inglaterra.

Otro año a destacar es 1936, cuando se destruyó patrimonio artístico y mobiliario, así como archivos parroquiales, en la conocida como “quema de conventos”. Todo fue incendiado, precisamente, en el crucero. Esto, inevitablemente, provocó que se derrumbase. No fue hasta 1937 cuando se comenzaron las obras de reconstrucción. Muchos marbellíes realizaron aportaciones económicas para tal fin.

Más tarde, en 1942, el Ayuntamiento volvió a instalar un nuevo reloj pero, en esta ocasión, fue fabricado en España. Por si fuera poco, también dio el paso de adquirir una nueva imagen de San Bernabé, que actualmente podemos encontrar en la capilla de Nagüeles, semejante a la desaparecida. Con el paso de los años, se han ido mejorando muchos más elementos, hasta llegar a lo que podemos ver en la actualidad.

No podemos dejar de mencionar que, entre los acontecimientos más recientes que tuvieron como testigo esta Iglesia de la Encarnación, destaca la sonada boda de Lolita Flores y Guillermo Furiase, donde “La Faraona” pronunció lo que sería una de sus frases más recordadas: “Si me queréis, ¡irse!”.