VALLADOLID
Viajamos hasta Olmedo, en Valladolid, para conocer la historia que esconde la espectacular Iglesia de San Pedro de Alcazarén.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la provincia de Valladolid, concretamente a Olmedo, para conocer la historia de uno de los templos más sorprendentes. Estamos hablando, cómo no, de la Iglesia de San Pedro de Alcazarén. A pesar de encontrarse en estado de semirruina, continúa siendo una de las construcciones mudéjares más importantes de la provincia.
Entre otras cuestiones, porque precisamente su ábside fue modelo de diversas iglesias de Tierra de Pinares, como es el caso de Santa María de Íscar, Aldea de San Miguel, San Andrés de Olmedo o, incluso, Santa María de Mojados. Templos que, desde luego, han hecho historia en muchos sentidos.
En cuanto a sus características, esta Iglesia de San Pedro de Alcazarén cuenta con una nave única y, actualmente, solamente conserva la cabecera mudéjar de planta semicircular. Destaca por unas pinturas protogóticas que fueron descubiertas en la última restauración. Éstas están situadas en el interior del ábside y datan de finales del siglo XIII.
Respecto al ábside, debemos tener en cuenta que se apoya en nada más y nada menos que un basamento de mampostería. Esto está seguido de dos bandas de ladrillos, realizados “a sardinel”. Desde este punto surgen tres pisos de arcos apuntados, siendo los del central de menor tamaño.
Un dato curioso al respecto es que los arcos situados en los diferentes pisos no están alineados verticalmente. Al contrario, las jambas de los que están arriba descansan sobre los que están ubicados en el piso inferior. Esto provoca que, visualmente, haya una sensación de dinamismo de lo más característico y peculiar.
No podemos dejar de mencionar ese muro presbiterial, siendo el único que se conserva en la actualidad. Destaca porque cuenta con tres pisos de cuatro arcos apuntados. Nada se ha preservado de esos aleros o remates. El ábside, por su parte, está decorado con bandas de esquinillas, así como encintados de ladrillo “a sardinel”.
Es importante destacar, como no podía ser de otra forma, la conocida como Torre de Mampostería, que cuenta con el cuerpo de campanas en ladrillo. Se trata de una estructura que se erigió en el siglo XVI. En la parte superior, a cada lado, podemos encontrar dos vanos, en arco de medio punto. Su decoración, sobria y acorde al resto del templo, hace que estemos ante una construcción que merece muchísimo la pena visitar. ¡Lo prometemos!