Para combatir el frío
Invierno, frío, nieve, lluvia… Son pocos los alicientes que animan a salir de casa. Pero si te lanzas a las calles, ¿por qué no hacer una parada para recuperar fuerzas con un buen chocolate a la taza calentito?
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Hoteles para los amantes del chocolate
Aquí te damos algunas pistas de dónde hacerlo en Madrid, Barcelona y Bilbao.
Chocolatería San Ginés
Fundada en 1894, es la más castiza y tradicional chocolatería donde desayunar en Madrid. Conserva su decoración de siempre, propia de los cafés del S.XIX con sus mesas de mármol blanco y azulejos en las paredes. Tras las uvas, las campanadas fin de año y las copas, aquí se viene a tomar el primer desayuno del año o el segundo o el tercero tras una noche de fiesta. Valle Inclán lo incluyó en su obra Luces de Bohemia. Como nota curiosa, en 2010, se inauguró una chocolatería San Ginés en Tokio en el barrio d Shibuya, adaptando sus productos a los gustos nipones. Pasadizo de San Ginés, 5. Madrid
La Antigua Churrería.
La Antigua Churrería de Madrid cuenta con dos establecimientos en Madrid, a los que se suman los locales en las cercanas poblaciones de Getafe, Alcorcón y Móstoles. Fundada en 1913, en La Antigua Churrería el tiempo no pasa...la harina es de trigo, el aceite de oliva, las cumbreras de acero y las manos expertas del maestro churrero son las mismas, con el mismo cariño, con la misma dedicación. Desde esta compañía centenaria aseguran que “nuestra mejor arma publicitaria es algo a lo que muy pocas personas pueden resistirse...chocolate con churros”. Conde de Peñalver, 32 y Bravo Murillo 190, Madrid
Granja Viader
Camareros de toda la vida en un local con el encanto de los de antes es lo que te encontrarás en Viader. Nacida en 1870, es una de la granjas más antiguas de Barcelona, y son miembros de la quinta generación de la familia Viader los que están al frente del lugar en el que se inventó el Cacaolat. Pero como entonces, la leche y los huevos siguen viniendo de la granja de Cardedeu; en el obrador, uno de los pocos que hoy quedan en la ciudad de Barcelona, se elaboran quesos frescos, “mató” y una gran cantidad de productos, muchos de los cuales con la misma receta de sus bisabuelos Marc y Matilde. Si te acercas, podrás sentarte en las mismas mesas de mármol en las que “Mossèn” Cinto Verdaguer o Pablo Picasso,…, tomaron una “xicra” de chocolate. También podrás comprar en su mostrador todos los productos que elaboran, además de un extenso surtido de quesos y embutidos artesanos, pasteles, miel, aceite de oliva, conservas… Calle D’En Xuclà, 9-6. Barcelona
Granja La Pallaresa
Un templo de peregrinaje imprescindible para los amantes del buen chocolate y de los productos sencillos y caseros. Es la mejor definición de La Pallaresa. Fundada en 1947, ofrece una gran variedad de productos hechos de forma totalmente artesana, como son la crema catalana, el flan de huevo o el arroz con leche, pero sin duda es conocida y recibe la fama por el suizo, chocolate deshecho con nata casera. Con un look atemporal e impersonal y está atendido por unos camareros a la vieja usanza (con su camisa blanca, pantalones y pajarita negros), es un referente indiscutible en el barrio gótico de Barcelona. Petritxol, 11. Barcelona
Pastelería New York
"Elaboramos el chocolate a la manera tradicional", explican los encargados de este local de Bilbao de toda la vida. "Lo importante es hacerlo con leche, no utilizar en polvo u otros productos para ahorrar -explican-, utilizar un buen chocolate y hervir todo el tiempo que haga falta". Y así lo llevan haciendo desde 1923. Puedes acompañar tu buen tazón de chocolate con un bollo de mantequilla, otra seña de la casa, pastas, pastelitos, carolinas, pasteles de arroz, bollería variada y churros. "Comenzamos a prepararlos a las 17.30 horas como muy tarde, aunque adaptamos el horario en función de lo que nos pidan. Durante el fin de semana empezamos antes y en verano más tarde", apuntan. Buenos Aires, 15. Bilbao
Café Lago
Casi 50 años avalan uno de los mejores lugares de Bilbao en el que resguardarte del frío, o del calor, y tomarte una buena taza de chocolate a la taza, porque se trata de un clásico que se sirve todo el año. "Lo hacemos nosotros mismos. Utilizamos una chocolatera, que queda más fino, y la mantenemos todo el día". Lo típico es pedirlo con churros, que también son hechos en casa, aunque estos solo se sirven por la tarde. A la hora del desayuno, lo común es tomarse unas torrijas, unos bollos de mantequilla, unas tostadas o cruasanes con mermelada, otra de las joyas de la corona. Posta, 13. Bilbao
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