Una escapada al fresco
Esta época también es un buen momento para encontrar un lugar tranquilo donde descansar y desconectar, alejados del ruido. Y el Monasterio de Oseira, en Galicia, es idóneo en este sentido.
Aunque las costas de nuestro país son sin duda el principal lugar de interés en esta época del año, también hay quien en verano busca una cierta tranquilidad, una desconexión que no ha podido encontrar antes y que merece en sus vacaciones. A estos últimos están dedicadas estas líneas.
Esa necesidad de desconexión nos lleva a pensar en muchos y diferentes lugares repartidos por toda nuestra geografía, pero hoy vamos a detenernos en Galicia. Galicia, con sus rincones secretos que aún están por descubrir, nos ofrece la opción perfecta en este sentido: el Monasterio de Santa María de Oseira, situado en el municipio de San Cristovo de Cea, en Orense, es uno de esos destinos que tenéis que anotar.
Conocido como “el Escorial gallego” por sus características arquitectónicas, el Monasterio de Oseira fue abandonado en el siglo XIX y así permaneció hasta años más tarde cuando, ya en el siglo XX, los monjes regresaron después de una historia de saqueos e infortunios y decidieron restaurarlo -de la mejor de las maneras, hemos de añadir.
Desde entonces, los religiosos que allí viven se dedican a la repostería, elaboran desde pastas de té hasta dulces de leche, y a crear un licor con tres tipos de eucaliptus que justifica la visita por sí solo. Esos mismos religiosos comparten con los visitantes historias y anécdotas de todo tipo.
Además del ya mencionado valor arquitectónico y de las historias que allí encontrarás, que son de un valor incalculable, nuestro destino está situado en un entorno natural precioso. Todas estas características consiguen que el Monasterio de Oseira sea uno de esos lugares que te hacen sentirte en una paz extraña que difícilmente se puede explicar pero que se siente. El lugar perfecto para una merecida desconexión.