ZARAGOZA
Viajamos hasta Nuévalos, en la provincia de Zaragoza. Es el momento de conocer uno de los edificios más sorprendentes: el Monasterio de Piedra.
Ponemos rumbo al término municipal de Nuévalos, en la comarca de Calatayud situada en la provincia de Zaragoza. En esa zona encontramos un espectacular Parque Natural como es el del Monasterio de Piedra. Estamos ante un recorrido verdaderamente sorprendente que no deja indiferente a nadie, ¡y mucho menos a los amantes de la Naturaleza!
Pero si hay algo que llama poderosamente la atención en esta zona es, precisamente, el Monasterio de Piedra. Un lugar que recibe a miles de visitantes año tras año. Éste se fundó en el año 1194 por una serie de monjes de la Orden del Cister que llegaron de Poblet. La importancia de este Monasterio fue aumentando con el paso de los siglos, extendiendo sus propiedades y dominios por gran parte de esta comarca.
Un año a destacar es 1835, cuando el destino del Monasterio de Piedra cambió de manera radical. Y es que la familia Muntadas tomó la decisión de adquirir esta propiedad para convertirlo, con el paso del tiempo, en uno de los atractivos turísticos no solamente de la provincia de Zaragoza, sino de Aragón.
De hecho, fue en el año 1840 cuando Pablo Muntadas i Campeny logra adquirir esta finca en la que está situado el Monasterio de Piedra. Su hijo, Juan Federico, se encargará de convertirlo un lugar de uso lúdico. Además, también creó una red de senderos en su interior con un fin: que todos tuvieran la oportunidad de admirar esta construcción.
En la actualidad, se pueden visitar varias zonas perfectamente diferenciadas. No solamente puedes dejarte llevar por la espectacularidad del edificio, sino también por las diversas zonas que eran utilizadas por los monjes. Desde la sala capitular hasta la abadía, pasando por la conocida como Cilla, que se ha convertido en nada más y nada menos que el Museo del Vino de la DO Calatayud. ¡Qué maravilla!
Un dato curioso nos lleva a una estancia del Monasterio de Piedra, concretamente a las cocinas. En ese lugar, en 1534, se elaboró por primera vez el chocolate en Europa. Esta historia nos lleva a una figura, la del monje Fray Jerónimo de Aguilar, que acompañó a Hernán Cortés en su viaje hasta México. Fue él quien envió a don Antonio de Álvaro, abad del Monasterio de piedra,el primer cacao junto a la receta.
En esta edificación encontramos un gran número de detalles, que nos hacen viajar desde la etapa en la que destacaba el románico hasta el barroco. Algo que luce aún más bonito gracias a sus imponentes jardines. De hecho, en el año 2010 fue declarado como “Jardín Histórico”. Y es que lo que antiguamente era la huerta de los monjes, esconde rincones absolutamente fascinantes.
Estamos ante un recorrido de unos 4 kilómetros donde encontrarás imponentes árboles, cascadas, grutas esculpidas por el agua y rincones de ensueño. Sin olvidarnos del “Lago del Espejo”, rodeado de altas paredes rojizas. Sea como sea, no solamente te dejará sin palabras el Monasterio de Piedra por razones arquitectónicas, culturales e históricas, sino que también lo harán sus alrededores. ¡Un plan perfecto si decides visitar la comarca de Calatayud!