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Numancia

Numancia, la ciudad que se resistió a la conquista de Roma

Numancia es el nombre de una antigua población celtíbera que se encontraba sobre el Cerro de la Muela, en la provincia de Soria. Esta ciudad pasó a la historia por su fortaleza militar contra los romanos.

NumanciaImagen de dr_zoigberg en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 2.0

La península ibérica era un mosaico de pueblos, tribus y culturas diferentes, pero poco a poco los íberos y más adelante celtíberos fueron absorbiendo a toda esa amalgama de pueblos diferentes.

Los habitantes de Numancia en un inicio eran arévacos, y ocupaban: Soria, parte de Guadalajara, parte de Cuenca, de Segovia, y de Burgos. Pero a lo largo de la Edad de Hierro pasaron a formar parte del conjunto de pueblos que conformaban a los Celtíberos.

Numancia | Pxhere

La ciudad celtíbera tenía las calles empedradas y orientadas en dirección este-oeste, menos dos calles principales que estaban en dirección norte-sur. La organización urbanística estaba pensada, de tal forma que pudiesen cortar el viento norte. En Soria las temperaturas bajan mucho en invierno y el aire es gélido, así que era una forma de resguardarse de esas ventadas heladas. Las casas eran de piedra y la techumbre se hacía a base de trenzados de centeno, y estaban agrupadas en manzanas.

Numancia | Imagen de dr_zoiberg en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 2.0

El conjunto urbano estaba protegido por una muralla que lo rodeaba. Estaba reforzada por varios torreones, y contaba con cuatro puertas de acceso al interior. Esta construcción fortificada defendía a los 2000 numantinos.

De hecho, esta ciudad celtibérica ha pasado a la historia por la gran resistencia que les opusieron a los romanos en su conquista de la península ibérica. Pueblos como los arévacos, los vacceos, o lusitanos plantaron cara a Roma en la fase intermedia de la conquista. En el primer enfrentamiento entre Numancia y Roma, que tuvo lugar en 153 a. C., los numantinos se aliaron con los segedenses, consiguiendo reunir un ejército de 30 000 soldados.

Numancia | Imagen de Wamba Wabez en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

Así, numantinos y segedenses se enfrentaron a las tropas romanas y consiguieron derrotarlas. Pero los enfrentamientos no terminaron ahí, sino que durante los dieciocho años siguientes se vivieron periodos de paz y de conflicto. Y los celtíberos salían, en la mayoría de ocasiones, victoriosos frente a los romanos.

Roma, lejos de rendirse mandó a su mejor soldado del momento, Publio Cornelio Escipión Emiliano, ya corría el año 134 a.C. En el mes de octubre Escipión sitió la ciudad de Numancia, sin darle lugar a pelear con el fin de que ésta se rindiera. Fue un cerco estricto, construyendo fosos, empalizadas y terraplenes para proteger a los soldados romanos.

También construyó un muero de 9 kilómetros con torres que contaban con catapultas, ballestas y otras máquinas. En el muro destinó a honderos y arqueros que vigilaban el interior de la ciudad.

Numancia | Imagen de Multitud en Wikipedia, licencia: CC BY 3.0

Finalmente, tras quince meses de asedio y sitio la ciudad cayó en el verano del 133 a. C. Los numantinos, antes de rendirse, prefirieron el suicidio, por ello prendieron fuego a toda la ciudad, para que no cayera en manos de Roma. Numancia fue pasto de las llamas.