ÁVILA
Viajamos a la ciudad de Ávila para conocer la sorprendente historia que se esconde tras el conocido como Palacio de Valderrábanos.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la preciosa ciudad de Ávila. Allí encontramos un gran número de monumentos, edificaciones y rincones de ensueño. Un destino verdaderamente impresionante que no deja absolutamente indiferente a nadie. ¡Ni mucho menos!
Entre las numerosas construcciones que podemos encontrar en Ávila hay una que llama poderosamente la atención. Estamos hablando, cómo no, del Palacio de Valderrábanos. Conocida popularmente como Casa de Gonzalo Dávila, se trata de una construcción que data del siglo XIV y que está situada en un entorno privilegiado, en la plaza de la Catedral de la ciudad. ¡Nada más y nada menos!
Estamos ante una edificación que perteneció a Gonzalo Dávila, caballero que llegó a ser maestresala de los Reyes Católicos. Pero no solamente eso, sino que también logró ser gobernador del Maestrazgo de Calatrava y hasta corregidor de Jerez. Por lo tanto, era uno de los hombres más conocidos y reconocidos de la época.
Con el paso del tiempo, el palacio se sometió a una serie de reformas. En la actualidad, la construcción es utilizada como hotel. Debemos tener en cuenta que tanto el alfarje como los techos de madera originales de este peculiar Palacio de Valderrábanos se encuentran expuestos en el Museo de Ávila.
Uno de los datos más curiosos sobre esta preciosa edificación es que el primer cliente del remodelado Palacio, que pasó a ser utilizado como hotel, fue nada más y nada menos que Adolfo Suárez. El conocido político, en el año 1971, se hospedó en la habitación número 126.
Entre los numerosos elementos a tener en cuenta, llama la atención su fachada principal, en la que se conserva un relieve encima de la entrada que pertenece a la construcción original. En este relieve está reflejado un estandarte de media luna, así como un yelmo con penacho. Alrededor, hay una inscripción en latín que versa lo siguiente: “Non nobis Domine, non nobis. Sed nomini tuo da gloriam”, es decir, “No a nosotros Señor, no a nosotros, sino la gloria para tu nombre”. Se trata del Salmo 113:9 que San Bernardo de Claraval, impuso como lema a la Orden de los Caballeros Templarios.
No podemos dejar de mencionar la enorme torre construida tanto de ladrillo como de tapial, situada al lado derecho del Palacio de Valderrábanos. Otro de los elementos que, a simple vista, llaman poderosamente la atención. Lo cierto es que no le falta detalle. A pesar de la intensa remodelación a la que se sometió, este Palacio continúa manteniendo su esencia. Sea como sea, es más que evidente que estamos ante una de las construcciones más bonitas, curiosas e históricas de la ciudad de Ávila. ¡No dejes pasar la oportunidad dejarte llevar por su encanto y por el de este lugar situado en Castilla y León!