CASTILLA Y LEÓN
Viajamos hasta Valladolid para conocer la sorprendente historia que esconde el impresionante Palacio de los Vivero.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo hacia Valladolid, donde encontramos un gran número de construcciones, monumentos y rincones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en el conocido como Palacio de los Vivero.
Se trata de un conjunto de tres edificios: la Chancillería, el archivo de la Chancillería y la cárcel de la Chancillería. En cuanto a estos dos últimos, fueron edificados de manera independiente para su posterior unión al propio Palacio. Si hay algo por lo que destaca esta construcción, a nivel histórico, es porque entre esas paredes los Reyes Católicos firmaron, en octubre de 1469, su compromiso matrimonial.
El Palacio de los Vivero de Valladolid, a través de su historia
Para conocer su origen, debemos viajar hasta la época de Alfonso Pérez de Vivero (1394-1453), que era el contador mayor del Rey Juan II. Fue él quien ordenó la construcción de este palacio, a modo de casas principales, en la ciudad de Valladolid. En 1452 fundó el mayorazgo y, posteriormente, su hijo Juan Pérez de Vivero lo heredó.
En 1465, éste recibió el título de primer vizconde de Altamira a manos del Rey Enrique IV de Castilla. Tiempo después, Juan Pérez de Vivero se mostró fiel a la causa del príncipe Alfonso y la princesa Isabel. Por aquel entonces, concretamente a mediados de octubre de 1469, en ese Palacio de los Vivero tuvo lugar la reunión, firma de compromiso y matrimonio de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Los dos, años más tarde, serían conocidos como los Reyes Católicos.
La siguiente persona en quedarse con esta propiedad fue Alfonso Pérez de Vivero, considerado II vizconde de Altamira. Al parecer, su comportamiento dejaba mucho que desear. Es más, fue acusado de haber matado a su mujer. Por ese mismo motivo muchos de sus bienes fueron requisados.
En 1475, los Reyes Católicos se hicieron con este Palacio de los Vivero por lo que instalaron allí la misma Chancillería. El II vizconde de Altamira, aunque lo intentó, no pudo recuperar esta construcción hasta la muerte de Isabel la Católica. Fue entonces cuando, tras varias negociaciones, firmó un documento para la cesión de este Palacio a la Corona por un valor de nada más y nada menos que 2 millones de maravedíes. Desde 1490 hasta el siglo XIX (a partir de la entrada en vigor de la Constitución de 1812), este edificio fue sede de la Audiencia y, en la actualidad, podemos encontrar allí el Archivo Histórico Provincial de Valladolid.