EL PASADO MUSULMÁN DE PALMA DE MALLORCA
La capital balear fue una ciudad bajo influencia musulmana durante más de tres siglos. Desde la conquista por las tropas del Califato cordobés hasta la llegada de Jaume I, la ciudad cambió su fisonomía y dejó un legado que hoy puede aun admirarse en un paseo histórico por el centro.
La primera vez que un ejército musulmán pisó la isla de Mallorca fue a comienzos del siglo VIII, cuando las Baleares se encontraban bajo influencia bizantina. Fue en el año 707 y saquearon la ciudad de Palma. Este, al igual que los 200 años que le siguieron, fue un periodo oscuro en la zona, con diferentes acuerdos y una proliferación de ataques a navíos que acabaron provocando un golpe definitivo. A inicios del siglo X, en el año 902 y bajo el califato omeya de Córdoba de Abd Allah (888-912), la isla de Mallorca cambia de soberanía, pasando a ser asimilada por el Gobierno de la ciudad andalusí.
Se abre un periodo en el que Palma se convierte por pleno derecho en una ciudad musulmana. Rebautizada como Madina Mayurqa, los cambios fueron más que significativos, reconstruyendo la ciudad romana y edificando posadas, baños y mezquitas. Además, se reconstruyó y mejoró el recinto amurallado romano para dotarlo de nuevas torres. Todo esto permitió a la ciudad entrar en la lista de las más pobladas de Europa en aquel momento, con 25.000 habitantes y centro neurálgico para el comercio en el Mediterráneo musulmán.
Sin embargo, al igual que ocurría en otras grandes ciudades, existía una gran tolerancia al culto de otras religiones; y judíos y cristianos convivían sin grandes problemas. Fue en esta época cuando a las Baleares llega el arroz, el azafrán o las alcachofas. Una presencia que se mantuvo hasta 1229, cuando Jaime I reconquista la isla.
El pasado musulmán de Palma de Mallorca sigue aun presente en la ciudad. Es por ello que Routes Mallorca ha creado una ruta que recorre el legado de la que fue Madina Mayurqa, en un paseo que comienza en los jardines del Hort del Rei, situados en la Avenida Antonio Maura, a los pies del Palacio de la Almudaina. Una de las fuentes de esos jardines es una réplica de otra que se encuentra en los jardines del Generalife, en Granada.
Durante la época musulmana se plantaron allí numerosos árboles frutales, siendo un jardín muy reconocido por su belleza. El estanque y un arco que lo cruza, el De la Drassana, es de origen islámico. Era la pierta de entrada al palacio desde el mar, que en aquellos siglos llegaba hasta las murallas.
El Palacio de la Almudaina era la sede de los gobernadores musulmanes de la época. Su interior conserva aun los típicos baños áraves. Y al frente, en lo que es hoy la Catedral, se encontraba la mezquita, hoy cubierta por completo por el templo católico.
La construcción árabe mejor conservada son los baños árabes de la calle Can Serra, que datan del siglo X. Son el punto de inflexión de una ruta que sigue por la antigua muralla hasta el edificio de El Temple, del siglo XI, parte del recinto fortificado. También hay restos en la plaza de Porta des Camp, fin de una ruta que nos mostrará una ciudad de Palma diferente y, sobre todo, musulmana.
Más información:
Routes Mallorca