A dos horas de Barcelona
¿Estás buscando un lugar no muy lejano, tranquilo, que ofrezca un poco de todo y que puedas visitar en cualquier época del año? Perpiñán es tu lugar.
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También lo era para Dalí, que la consideraba como la capital del mundo, una localidad tranquila bañada por el sol y una climatología suave a lo largo de todo el año y que ofrece, entre otros atractivos, paisajes salvajes donde practicar deportes, abadías románticas, aguas termales para visitar en pareja o familia y playas, si la visitas en verano. Además, cuenta con una gastronomía característica de las regiones mediterráneas donde el vino, las anchoas y otros pescados o las frutas y verduras son habituales en las cartas de los mejores chefs. Para completar su atractiva oferta, la región cuenta con monumentos y propuestas culturales entre los que destacan el renovado Museo de Bellas Artes (abre en junio tras 3 años de obras) o el de Museo de Arte Moderno con obras del mismo Dalí, Picasso o Pollock.
Pero no sólo eso. Perpiñán, a tan sólo dos horas de Barcelona, ofrece gran diversidad de paisajes ideales tanto en invierno como en verano. Gracias al amor por la naturaleza que profesan sus habitantes el turista puede encontrar parques naturales, zonas salvajes y otros enclaves maravillosos en torno a sus ríos, aguas termales, manantiales naturales y canales navegables.
La costa está formada por un conjunto de instalaciones turísticas, balnearios y puertos pesqueros tradicionales, rodeados de espacios vírgenes y protegidos que resultan únicos para deportes como el submarinismo. Además, el litoral ofrece playas fantásticas en las que ondea la bandera azul año tras año con aguas cristalinas sumamente beneficiosas para la salud, lo que resulta una combinación perfecta para las vacaciones en familia. Por otra parte, combinar cultura y gastronomía es la obsesión de cualquier destino turístico. En este sentido, Perpiñán aúna además de una riqueza gastronómica enriquecida por su patrimonio multicultural, una vasta y fructífera extensión vitivinícola. El visitante podrá disfrutar de más de 200 restaurantes etiquetados con sellos de calidad como Sud de France, Toques Blanches o estrellas Michelin, así como más de 2.000 referencias de vinos. Y para empaparse de la cultura popular no olvide probar su aperitivo estrella: el mítico Byrrh. Una especie de martini elaborado a base de vino rojo, mistela y quinina en la zona de Rivesaltes -una de las áreas vitícolas más antiguas del Rosellón- en la cava más grande del mundo (un millón de litros).
La oferta turística es amplia: desde lujosos hoteles como el Riberach donde puedes dormir en una antigua cava restaurada con un estilo que conjuga perfectamente historia y modernidad, hasta una casa rural en un paraje excepcional. Cualquier opción es buena para perderse en tan bella región y gozar de sus playas, parques naturales o pueblos de montaña.
De su historia multisecular, la ciudad de Perpiñán ha conservado numerosas riquezas, en particular de su edad de oro con el reino de Mallorca. Importantes monumentos ponen de manifiesto este rico pasado, como el Palacio de los Reyes de Mallorca, palacio fortaleza del siglo XIV, el Castillet, emblema de Perpiñán, que fue por turnos castillo, puerta de la ciudad y prisión o también el Campo Santo -el claustro cementerio más grande de Francia-, la Iglesia de los Dominicos o el moderno teatro del Archipiélago diseñado por Jean Nouvel. Además, el certamen de fotoperiodismo “Visa pour l’image” o el Museo de Arte Moderno en Ceret son otros de los ejemplos por los que desear conocer esta tierra que ha hipnotizado a numerosos artistas.
Perpiñán destaca además de por su estilo de vida “à la française”, por ser una ciudad moderna y adaptada al turismo de negocios más exigente: transportes, espacios de congresos, hoteles y experiencias de ocio cubren con nota muy alta la oferta en este sentido. Escápate.
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