SALAMANCA
Viajamos a la ciudad de Salamanca para conocer la historia que esconde uno de sus rincones más singulares: la Plaza de los Bandos.
Ponemos rumbo a Salamanca, una de las ciudades más espectaculares que podemos encontrar en España. Es un destino verdaderamente perfecto para los amantes de la historia, ya que recorrer sus calles es viajar por muchos siglos en pocos segundos.
Uno de los rincones más singulares de la ciudad es, sin lugar a dudas, la Plaza de los Bandos, situada a pocos metros de la Plaza Mayor. Es importante tener en cuenta que este lugar data del siglo XII y, a lo largo del tiempo, ha sido testigo de un gran número de hechos históricos que han marcado un antes y un después en la ciudad, desde la Edad Media hasta el nacimiento de Carmen Martín Gaite en la primera planta del número 3, edificio actualmente desaparecido.
Su propio nombre, “Los Bandos”, se refiere a los hechos que ocurrieron en la ciudad en el siglo XV. Por aquel entonces, en esta plaza residía una de las familias de nobles más importantes de Salamanca: los Enríquez, que estaban enfrentados con los Manzano. Esto se agravó cuando los Manzano mataron a los hijos de María de Monroy, viuda de Enrique Enríquez de Sevilla, más conocida como “María la Brava”, que mandó buscar y decapitar a los asesinos de sus hijos.
Esto provocó que la ciudad quedara dividida en dos bandos: el de los Enríquez o de Santo Tomé y el de los Manzano o de San Benito. Con este nombre, “Los Bandos”, se recuerda aquella complicada época que terminó con la firma de la paz, teniendo a San Juan de Sahagún como testigo directo.
Debemos tener en cuenta que, de hecho, la primera construcción civil que se hizo en esta Plaza salmantina fue la de la Casa de doña María la Brava. Su fachada sigue en pie en la actualidad. De lo que no hay rastro es de la espectacular iglesia de Santo Tomé que, durante muchos años, dio nombre a esta Plaza.
Pero sí hay restos del conocido como Palacio de Solís, que estuvo en pie en la Edad Media, concretamente en la época de los Reyes Católicos. De hecho, esta edificación fue testigo del enlace matrimonial entre el joven Felipe, hijo del emperador Carlos V y futuro Felipe II, y María de Portugal.
En el solar en el que estuvo este Palacio se construyó, en el siglo XX, un edificio que pertenecía a Telefónica. Eso sí, quisieron preservar la fachada de ese histórico edificio. Justo enfrente, aproximadamente en el siglo XVI, la conocida familia Rodríguez Varillas quiso construir el Palacio de Garcigrande. En la actualidad, es la sede de CajaDuero.
En la parte sur de la Plaza de los Bandos nos topamos con la Iglesia del Carmen, que se erigió entre los siglos XVII y XVIII. A pesar de su clausura por la desamortización, pudo subsistir y, en 1857, volvió a abrir sus puertas. No podemos dejar de mencionar el edificio de la Caja de Previsión Social, que en la actualidad es un espacio del conocido como Centro Documental de la Memoria Histórica.
Un diseño que, en 1928, fue proyectado por Joaquín Secall. La fachada entre la parroquia del Carmen y el Palacio de Solís es de sillería de piedra de Villamayor. Llama poderosamente la atención porque su estructuración y diseño nos recuerda muchísimo a otro gran palacio de la ciudad, el de Monterrey. Sea como sea, lo cierto es que la Plaza de los Bandos es un lugar absolutamente espectacular que pocos turistas conocen pero que, desde luego, ¡merece mucho la pena visitar!