A CORUÑA
Viajamos hasta la ciudad gallega de A Coruña para conocer la historia que esconde la sorprendente Plaza de María Pita.
No es ningún secreto que en España, concretamente en la Comunidad Autónoma de Galicia, encontramos un gran número de rincones de ensueño. Cada vez son más las personas que se deciden a visitar esta zona, y regresan con ganas de seguir conociendo más lugares, conscientes de que van a dejarles completamente sin palabras.
Un claro ejemplo podemos encontrarlo en la ciudad de A Coruña. Como no podía ser de otra manera, allí nos topamos con un gran número de construcciones y monumentos que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos en la conocida como Plaza de María Pita. Allí está situado el Palacio de María Pita que, actualmente, alberga nada más y nada menos que la Casa Consistorial.
Para conocer su origen, debemos viajar al año 1877. Por aquel entonces, el reconocido arquitecto Juan de Ciórraga se encargó de proyectar esta plaza tras el derrumbamiento de la muralla. Uno de los principales objetivos era tratar de solventar el paso a la conocida como Pescadería desde la Ciudad Vieja de A Coruña.
Lejos de que todo quede ahí, es importante tener en cuenta que la pavimentación de este recinto no se llevó a cabo hasta 1936, siendo posteriormente asfaltado tan solo unas décadas después. Más tarde, se permitió la opción de estacionar en la Plaza de María Pita hasta que se suprimió esta posibilidad en el año 1987. Para dar solución a esta necesidad, se construyó un aparcamiento subterráneo y se procedió a la peatonalización de la Plaza.
No podemos dejar de mencionar que, a lo largo de los años, esta Plaza no siempre ha llevado el nombre por el que se la conoce actualmente. Es más, llegó a ser llamada como Plaza de Alesón, Plaza Libertad o, incluso, Plaza Derribo. Algo verdaderamente sorprendente, a la par que curioso.
Forma un rectángulo de más de 10.000 metros cuadrados. En uno de sus frentes podemos encontrar el Palacio que alberga el Ayuntamiento de la ciudad, que está perfectamente rodeado con más edificios porticados con unas impresionantes galerías, habituales en la arquitectura de Galicia.
Bajo los soportales de los edificios de la Plaza de María Pita encontramos un gran número de locales como cafeterías, bares o restaurantes. Desde el año 1998, y mirando hacia la Casa Consistorial, preside la plaza una estatua en honor a María Pita, realizada en bronce por el maestro Xosé Castiñeiras. La escultura como tal mide 3,3 metros y está ubicada sobre un pedestal de poco más de 5 metros y medio. Así pues, la altura total de este monumento situado en esta mítica plaza es de más de 9 metros de altura.
El objetivo no era otro que representar a María Pita, la heroína coruñesa que da nombre a esta Plaza. Podemos verla alzando una pica puesto que, según cuenta la historia, acabó con la vida del alférez inglés que se encargaba de dirigir el asalto de A Coruña.
Por si fuera poco, en la otra mano, tiene sujetado el cuerpo de su marido, que fue asesinado. Como curiosidad, a los pies de este monumento, encontramos un sorprendente pebetero cuya llama permanece encendida nada más y nada menos que 20 horas al día, puesto que entre las 3 y 7 de la mañana permanece apagada. ¡Un dato muy interesante!