SIERRA DE GUADARRAMA
El valle de El Paular es uno de los rincones con encanto que tanto abundan en la sierra de Madrid. Forma parte de la sierra de Guadarrama y es muy conocido entre los amantes del senderismo por las diferentes Rutas Verdes que allí transcurren, bien combinando valles como el de la Angostura o visitando el Lozoya, además de pueblos como Rascafría.
Uno de los senderos más transitados es el Camino del Egido, el que une Rascafría con Oteruelo del Valle y que nos descubre los secretos del fondo del valle. Es una vía pecuaria que permite observar huertas, prados y dehesas entre viejos fresnos trasmochados. Las fincas delimitadas por muros de piedra se suceden con setos frondosos en sus lindes; y majuelos, boneteros, endrinos y otros árboles sirven de cobijo a corzos, jabalíes, perdices...
Tras recorrerlo, nada como volver a Rascafría. Allí es donde se encuentran unas piscinas naturales que están catalogadas como unas de las más bonitas del centro de la Península. Se trata de Las Presillas, convertidas actualmente en una zona recreativa acondicionada y que combina las propias lagunas con una amplia pradera de césped verde, así como espectaculares vistas del pico Peñalara y toda la sierra.
Como proyecto de escapada del calor de Madrid no tiene precio. Y es que las tres grandes lagunas en las que se divide este área reciben sus aguas directamente de la sierra de Guadarrama y sus ríos, lo que permite, junto a la templanza de las temperaturas en la zona, incluso en verano, que allí el chapuzón sea una experiencia heladora. Pocas veces en julio o agosto el agua supera los 18 ºC y, aun así, son muchos los que se lo piensan a la hora de lanzarse.
Las Presillas son un lugar perfecto para un picnic familiar o una escapada con amigos. Está acondicionado para que así sea, con instalaciones limpias, un buen número de papeleras y contenedores y un parking donde dejar tranquilamente el coche (5 €/vehículo). No hay que preocuparse por la mesa siquiera pues hay allí instaladas, junto a un pequeño kiosco.
Las piscinas naturales de Las Presillas se encuentran abiertas al público de 9 a 22 horas todos los días de la temporada de verano, hasta finales de septiembre. Llegar hasta aquí en transporte público es fácil, pues hay autobuses desde el intercambiador de la madrileña Plaza de Castilla hasta Rascafría cada hora. Eso sí, recuerda que hay algunas normas que cumplir, como el acceso con animales de compañía, con aparatos de audio de grandes dimensiones, pelotas, mesas y sillas propias... y la buena urbanidad que se exige en todo momento, claro.
A cambio, un día en el que todos disfrutaremos de lo lindo huyendo del calor de la capital y dejándonos refrescar por el aire suave y delicioso de la sierra. Y si nos cansamos, pero queremos aprovechar el día, una excursión al Monasterio de El Paular sería mucho más que una buena idea.
Más información:
Turismo de Rascafría