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RUTAS CON ENCANTO

10 pueblos españoles con sabor a Navidad

No es posible recorrer España estas semanas sin caer en la tentación de los dulces más tradicionales. Cada rincón tiene su propio producto típico, aunque algunos han conseguido dar el salto y convertirse en referencias internacionales del sabor.

1. Jijona (Alicante). La capital mundial del turrón de almendra tiene mucho que ofrecer, además de catas y degustaciones de este dulce. Un ejemplo son sus fuentes, más de 100 documentadas en el municipio, que forman parte de la historia de la ciudad. Además, es una buena idea acercarse a su pasado árabe, con calles estrechas del siglo XIV en su centro urbano y la iglesia de Santa María, construida sobre una mezquita. También su castillo, sobre un alto.

2. Estepa (Sevilla). La capital de los polvorones tiene hasta su propia ruta municipal del Mantecado. Pero no es lo único, allí hay centros dedicados al estudio del bandolerismo andaluz y lugares históricos relacionados con ellos como la iglesia de los Remedios o el Palacio del Marqués de Cerverales. Además, se puede uno recorrer la zona a lomos de caballos o visitar rodajes de series sobre estos delincuentes románticos.

3. Soto en Cameros (La Rioja). El mazapán de este pequeño pueblo de La Rioja tiene tradición árabe, aunque su producción industrial es de finales del siglo XIX. Entre sus lugares a visitar está el antiguo hospital de San José, hoy un albergue, que es del siglo XVIII con muros de sillería. Imposible no querer cruzar su puente del siglo XVI, así como otros puentes menores de aquella época.

4. Montoro (Córdoba). Otro de los mazapanes con más solera. Con fama de ser el pueblo más pintoresco de la provincia, destacan las vistas del mismo junto al Guadalquivir, las calles radiales escalando el cerro o su castillo. La torre de San Bartolomé domina el paisaje de lo que fue una ciudad romana, Epora.

5. Medina Sidonia (Cádiz). Un pueblo en el que varias pastelerías artesanales y familiares se han encargado de elevar a rango de ambrosía dulces como los amarguillos o los alfajores. Pasear por el pueblo es entender la semblanza de los pueblos de la Ruta del Toro, y su centro gótico plateresco del siglo XVI es imprescindible, con iglesias como Santa María la Coronada o varios conventos.

6. Agramunt (Lérida). Otra de las capitales del turrón, confluencia de la Urgell, la Segarra y la Noguera. Con origen medieval, fue levantada en el siglo XI  siempre tratando de luchar contra el avance musulmán. Su primer urbanismo es de un siglo después y no faltan parroquias e iglesias románicas que se levantaron por aquel entonces.

7. Santa Cruz de La Palma (Islas Canarias). En la capital de la isla de La Palma se puede probar como en ningún lado el Queso de Almendras, una receta navideña canaria en la que almendras y azúcar se unen al 50 %. La ciudad se encuentra sobre el antiguo derrame de la lava de La Caldereta, y cuenta con dos teatros: el Circo de Marte y el Teatro Chico, así como iglesias de varios estilos.

8. La Penilla de Cayón (Cantabria). No todos los platos son dulces. Aquí podrás degustar los auténticos Caracoles a la Montañesa. Antes o después de este manjar, no dudes en visitar la ermita románica de San Miguel de Carceña, declarada Bien de Interés Local. Pasear por sus prados es toda una experiencia para respirar aire puro, entre valles y a un paso del mar.

9. Maella (Zaragoza). La almendra hervida en miel, que se toma caliente, es un dulce típico de este pueblo aragonés. Un postre calórico que obliga a un poco de senderismo como la marcha por el centro histórico visitando la iglesia de San Esteban, la bonita torre del Reloj (que comenzó a construirse en el siglo XI) o el castillo de Maella, en estado ruinoso desde las Guerras Carlistas del siglo XIX.

10. Sonseca (Toledo). Las marquesas, el dulce de almendra y pasta de mazapán, tienen en este pueblo de Castilla-La Mancha su hogar. Su legado cultural nos lleva a tiempos visigodos, como al templo de San Pedro de la Mata; o las ruinas de la Torre Tolanca, una de las torres de vigía más importante del medievo. De hecho, se supone que su origen es romano.