TOLEDO
Es el momento perfecto para conocer la historia tras el Puente de San Martín situado en la ciudad de Toledo. ¡No te dejará indiferente!
Toledo es una de las ciudades más sorprendentes y espectaculares que podemos encontrar en nuestro país. Y siendo honestos, no es para menos. Recorrer sus calles es un auténtico regalo para los amantes de la historia. Una oportunidad única para descubrir rincones que no dejan absolutamente indiferente a nadie.
Desde edificaciones hasta leyendas, pasando por monumentos que llaman poderosamente la atención. Uno de los más fotografiados, inevitablemente, es el Puente de San Martín. Estamos ante una construcción de carácter bajomedieval, así como un ejemplo perfecto en cuanto a arquitectura militar se refiere. Es de estilo mudéjar y en diciembre de 1921 fue declarado Monumento Nacional.
El Puente de San Martín de Toledo, a través de su historia
Se erigió sobre el río Tajo, a su paso por la capital de Castilla-La Mancha. Está situado en la parte opuesta al Puente de Alcántara. El de San Martín se construyó, originalmente, en el siglo XIII. ¿A qué se debe su nombre? A la parroquia de San Martín, ya que pertenecía a esa jurisdicción.
Para llevar a cabo la construcción de este Puente, se dice que se pudo haber tomado como referencia el de Alcántara. Lo cierto es que tuvieron que añadir muchos más ojos, ya que en esta zona, la anchura del río Tajo es mucho mayor. Lejos de que todo quede ahí, hay una fecha más a tener en cuenta.
A mediados del siglo XIV, aproximadamente en el año 1355, el Rey Pedro I de Castilla tomó una decisión de lo más contundente. ¿En qué consistió? En prender fuego a las puertas del Puente de San Martín. Pero eso no fue todo ya que, en el año 1368, esta construcción volvió a sufrir daños.
Varias décadas después, el arzobispo Pedro Tenorio tomó la iniciativa de restaurar el Puente de San Martín. Es en ese preciso instante cuando se decidió construir ese imponente arco central, así como esos dos curiosos torreones almenados que podemos encontrar a sus extremos.
Por si fuera poco, durante el reinado de Carlos II, este Puente volvió a sufrir una modificación. Fue entonces cuando se decidió ensanchar sus accesos, algo que tan solo un siglo más tarde se pavimentó. Estas dos importantes reformas quedaron reflejadas en una inscripción que podemos encontrar en el muro interior del torreón de entrada. Por si fuera poco, en ese mismo punto, también encontramos el escudo imperial que está flanqueado por dos reyes sedentes.
En cuanto a características, debemos saber que este imponente Puente consta de cinco arcos que están ligeramente apuntados. El más grande de ellos, es el central. En cuanto al torreón que está más alejado de la ciudad de Toledo, debemos destacar que presenta una planta de carácter hexagonal. En su fachada podemos encontrar la escultura de nada más y nada menos que San Julián.
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