TERUEL
Si buscas un lugar en el que maravillarte ante el arte mudéjar, pon rumbo a Teruel porque no hay destino mejor para este fin.
Teruel es una ciudad pequeña y está en una de las provincias que más ha sufrido la despoblación, tanto es así que hubo un momento en el que hicieron suyo un lema sencillo a la par que evidente (tan evidente que se convirtió en partido político pero eso fue después): Teruel Existe. Pero lo cierto es que Teruel, la provincia, guarda tesoros tan preciosos como el pueblo de Albarracín, que no es el único pueblo bonito de España ubicado en esta provincia, no digamos ya si hablamos de geología y paleontología (ahí está Dinópolis con todos sus sitios), leyendas e historias como la de los amantes de Teruel (nuestros Romeo y Julieta patrios) y arte… en Teruel hay mucho arte, en particular arte mudéjar.
El arte mudéjar, que es aquel en el que los elementos arquitectónicos y decorativos propios de la tradición islámica confluyen con los característicos de la tradición cristiana (gótica en particular), se desarrolló entre los siglos XII y XVI y es muy relevante en la provincia de Teruel, especialmente la capital pero no únicamente; tanto es así que el conjunto de arquitectura mudéjar de Aragón goza de la consideración de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. Y una vez que sabemos que Teruel es un gran destino para descubrir el arte mudéjar, recorramos sus calles disfrutándolo.
Recorrer Teruel capital tras sus maravillosos vestigios del arte mudéjar supone descubrir preciosas decoraciones geométricas en ladrillo y cerámica, también una no menos bella muestra de madera policromada; empezamos por la Torre e Iglesia De San Pedro, que data del S.XIV y es una absoluta maravilla: decorada en cerámica vidriada y ladrillos con formas geométricas guarda, además, uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad: el Mausoleo de los Amantes de Teruel.
Otro lugar imperdible de Teruel si queremos seguir disfrutando del arte madéjar es la Torre del Salvador, que data también del S.XIV y cuya construcción resulta curiosa porque es una torre singular: es en realidad una torre-puesta que funcionaba como punto de acceso al campanario y también a la ciudad. La tercera torre imperdible de Teruel es la Torre de San Martín, particularmente famosa por sus compleja decoración geométrica y por los colores verdes y blancos de la cerámica que contrastan de manera muy sugerente con el rojo del ladrillo.
Nuestro paseo por el arte mudéjar en Teruel capital tiene que terminar, sí o sí, en la Catedral de Santa María de Meidavilla porque su cimborrio (torre.linterna) y sus techos son ejemplos notables de este estilo artístico, en particular los techos, que son anteriores a las torres antes mencionadas (datan del S.XIII) y cuyas decoraciones policromadas no solo incluyen motivos geométricos sino que reflejan escenas cotidianas y animales.
¿Te quedas con ganas de más mudéjar? No tienes más que abrir un poco el abanico y recorrer otros pueblos de Teruel para satisfacerlas: Alcañiz, porque aunque el Castillo de los Calatravos es esencialmente gótico, cuenta con motivos de estilo mudéjar en su decoración; Montalbán, porque la Iglesia del Apóstol Santiago, aunque es de piedra, se remata con ladrillo y cerámica al más puro estilo mudéjar; y la comarca del Jiloca, que cuenta con su propia ruta del mudéjar: torres como la de Báguena o Navarrete del Río justifican sobradamente que sea así.