GALICIA
La costa gallega es famosa por sus rías, rías que son además muy diversas; te contamos por qué.
Que las Rías Altas son las del norte y las Rías Bajas las del sur lo sabe todo el mundo pero ¿sabes dónde empiezan y terminan exactamente las unas y las otras? La Ría de Muros-Noia, conocida como A Ría da Estrela, marca la frontera entre las Rías Bajas y las Altas; pero ¿cuál es la diferencia esencial entre las Rías Altas y las Bajas más allá de su ubicación en el mapa? Las Bajas son mucho más antiguas y ofrecen suaves arenales en un clima más suave mientras que las Altas son más jóvenes (24 millones de años de antigüedad frente a los más de 100 millones de antigüedad de las Bajas), sus playas son más abiertas y agrestes, de aguas bravas y más expuestas al mar.
Las diferencias entre las Rías Altas y las Bajas son tan importantes que cambia incluso el estilo de vida de las gentes que viven junto a ellas aunque en ambos casos gira entorno al mar, por ejemplo la tranquilidad de las Rías Bajas es buena compañera para el cultivo del mejillón mientras que es en las duras Rías Altas donde se recogen los mejores percebes que puedas degustar.
La Ría de Muros-Noia, junto a las de Corcubión, Pontevedra, Arosa, Aldán y Vigo forman las Rías Bajas, todas bañadas por el Atlántico; respecto a las Rías Altas, algunas son bañadas por el Atlántico (la de Ortigueira, Cedeira, Ferrol, Ares, Betanzos, La Coruña) mientras otras forman parte ya de la cornisa cantábrica (Ribadeo, Foz, Vivero y del Barquero). Son en total 16 rías que no solo recortan la costa gallega sino que marcan incluso la vida de sus gentes porque las rías son fuentes de riqueza.
Elegir entre las Rías Altas y las Bajas no es cosa sencilla y dependerá en todo caso de qué tipo de viaje estás buscando ¿practicas surf? A las Altas ¿eres más de tostarte al sol? A las Bajas ¿te gustan las playas de aguas bravas y grandes arenales? A las Altas ¿eres más de cálidos paseos por la playa? A las Bajas... y así podríamos estar un rato largo dándoate razones para visitar las unas o las otras porque lo cierto es que todas ellas y toda la rica biodiversidad que atesoran además de la historia de los pueblos que han crecido a su abrigo merecen una visita.
Lo que no debes dejar de hacer, no importa si viajas a las Rías Altas o a las Bajas, es navegarlas porque la costa recortada de Galicia y las islas e islotes que la protegen se disfrutan de otro modo vistas desde mar adentro.