Castilla y León
En la provincia de Valladolid encontrarás las Riberas de Castronuño, un lugar de ensueño perfecto para los amantes de la Naturaleza.
La provincia de Valladolid es de lo más peculiar. Es, de hecho, una planicie prácticamente perfecta puesto que es la única de toda la Península que no tiene ni una sola montaña. Ahora bien, cuenta con diversos lugares de lo más fascinantes. Un claro ejemplo lo vemos en ese sitio donde las aguas del río Duero se remansan, dando lugar a un precioso oasis. Hablamos, cómo no, de las Riberas de Castronuño, ubicado a 37 kilómetros de Medina del Campo y 26 kilómetros de Tordesillas.
Este lugar es de ensueño, puesto que se ha convertido en el refugio perfecto de un gran número de animales, concretamente 189 especies. Entre ellos, se encuentran aguiluchos laguneros, garzas reales, zampullines cuellinegros o, incluso, martinetes. Es un sitio perfecto para ellos, en muchos sentidos. Tanta belleza tiene que es considerado como el único espacio natural protegido en esta provincia de Castilla y León.
Gracias a esto, al pueblo de Castronuño se le conoce como la Gran Florida del Duero, desde la Reconquista. Pero no solo abarca este territorio, sino que también parte de los siguientes municipios: Pollos y Torrecilla de Abadesa. En estas Riberas también encontramos olmos, chopos, álamos, cañizo e, incluso, majuelos.
En el pueblo de Castronuño tendrás la oportunidad de visitar la Casa de la Reserva Natural Riberas de Castronuño-Vega del Duero. En ella encontrarás muchísima información para conocer todos los detalles de este lugar, ideal para los verdaderos amantes de la Naturaleza. De manera muy directa, conoceremos los secretos de las diversas especies de aves y animales, así como de los frondosos bosques de ribera.
Si quieres recorrer este lugar, existe una ruta perfecta para hacerlo: La Senda de los Almendros. Comienza en la Casa de la Reserva, recorriendo parte de esos paisajes de este paisaje natural de la provincia de Valladolid. Si prefieres hacer este camino en bici, encontrarás la conocida como Ruta Cicloturista de la Cañada, cuyo inicio y final está en Pollos. Ninguna de las dos rutas cuenta con grandes desniveles ni dificultad, por lo que se puede realizar en familia sin ningún tipo de problema.