ANDALUCÍA EN CLAVE HISTÓRICA
La Mezquita de Córdoba y La Alhambra de Granada son los dos monumentos más importantes de Al-Andalus. Están separados por 180 km., los cuales forman un particular camino en el que poder ver la presencia que aun existe de aquella época de nuestra historia.
Si hay dos edificios que demuestran el esplendor sin parangón que se vivió en la Península durante el periodo andalusí, esos son la Mezquita de Córdoba y La Alhambrade Granada, maravillas universales, Patrimonio de la Humanidad y símbolos de sus respectivas ciudades. Ambas sirven para atestiguar que el periodo musulmán de Andalucía fue de los más ricos de la historia en cuanto a arte, patrimonio y arquitectura, y los 180 km. que separan a ambas construcciones, también.
Conocida como la Ruta del Califato, se ha establecido todo un camino entre ambos monumentos que, sin intención de contar con peregrinos, sí que quiere resaltar el pasado andalusí y, sobre todo, el presente que está aun a la vista, en un legado histórico sin igual. A lo largo del recorrido se descubre la influencia del Califato de Córdoba en los municipios de la región, que se traduce en fortalezas, templos, artesanías, callejuelas, jardines... Un itinerario que forma parte del conjunto de rutas de El legado andalusí.
Desde Córdoba hasta Granada, la ruta del Califato tiene dos ramales que se juntan en la localidad de Alcalá la Real. Como fondo, los paisajes de las Sierras Subbéticas y la Sierra de Huétor, mientras se atraviesan pueblos de inmensa belleza y monumentos notables de otros estilos más modernos, pues también es de importancia el barroco andaluz, entre otros.
La mejor opción para hacer el camino es en coche, especialmente a la hora de atravesar las montañas del sistema Bético. Y como siempre suele hacer buen tiempo, o al menos buena temperatura, no hay una época del año que haya que descartar (en todo caso, por el calor, en pleno verano). Uno de los ramales discurre por la carretera N-432, con algún desvío ocasional; mientras que parte del otro lo hace por la N-331. Además, las distancias entre los puntos son cortas y no superan en ningún caso los 35 kilómetros, por lo que es imposible perderse.
La ruta comienza en el centro de Córdoba, a las puertas de la Mezquita. En los alrededores de la ciudad nos esperan los jardines palaciegos de Medina Azahara. Allí podremos tomar cualquiera de las dos variantes hasta Alcalá la Real.
La primera tiene como objetivo conocer las fortalezas y murallas de las localidades de Espejo y Castro del Río. Después toca parada en Baena, donde además de su castillo hay que visitar su centro de trazado árabe en las calles. El siguiente punto es el pintoresco pueblo de Zuheros, cuyo castillo de finales del siglo IX se alza en lo alto de un risco. Más tarde, en Luque, nos espera otra fortificación del siglo IX reconstruida más tarde por los nazaríes. Seguimos hasta Alcaudete, cuyo recinto defensivo levantado por los musulmanes fue remodelado posteriormente bajo dominio cristiano, y en Castillo de Locubín nos espera su castillo de las Águilas.
La segunda variante, por su parte, pasa por Fernán-Núñez, con su Palacio Ducal de aires clasicistas y su iglesia barroca de Santa Marina. De allí avanzamos hasta Montemayor, donde destacan su soberbia fortaleza y los restos del castillo andalusí de Dos Hermanas. Hallaremos otro castillo en nuestra siguiente parada, Montilla, y en Aguilar de la Frontera veremos los restos del Peñón del Moro. En Lucena, donde cayó prisionero el rey Boabdil, hay que entrar a conocer la que fuera su cárcel: la Torre del Moral. Continuamos hacia Cabra para ver su fortaleza y las 44 columnas de mármol rojo de su iglesia, levantada sobre la antigua mezquita. La parada previa a Alcalá la Real es Priego de Córdoba. Allí son musulmanes su castillo, el Barrio de la Villa y las atalayas cercanas.
Ya en un camino único, y de cara a entrar en la provincia de Granada, seguimos por Alcalá la Real. Allí nos espera su Fortaleza de la Mota. En Colomera y Moclín veremos imponentes recintos amurallados que contrastan con la tercera parada: los baños árabes de Pinos Puente, Güevéjar y Cogollos de la Vega. Pasaremos después por Alfacar y por Víznar, donde se mantiene la estructura del sistema de riego de la acequia de Aynadamar, creado en época andalusí.
Y al fondo, poco a poco, divisaremos la ciudad de Granada. Y en ella, La Alhambra, final de una ruta que nos permitirá acercarnos a la majestuosidad de una época aun muy presente en Andalucía.
Más información:
Turismo de Andalucía
Ministerio de Cultura