El Templo de Hércules gaditano
Sancti Petri es considerado como el Templo de Hércules gaditano. Estamos ante un lugar lleno de historia pero, sobre todo, de muchísimas leyendas. ¡Descúbrelas con nosotros!
Sancti Petri es uno de los rincones andaluces más importantes. Grandes nombres como Aníbal o Julio César fueron dos de sus grandes e ilustres visitantes. Otras fuentes llegan incluso a asegurar que también contó con la presencia del apóstol Santiago, así como el auténtico héroe de la mitoloíga griega: Hércules.
Por ese mismo motivo, Sancti Petri también es conocido como Templo de Hércules gaditano. Está situado en un islote junto a la localidad de San Fernando. Durante muchísimos años estuvo considerado como uno de los grandes centros religiosos en cuanto a la Antigüedad se refiere. Recordemos que está ubicado en una de las ciudades más antiguas de Occidente: Gadir, es decir, Cádiz.
Sancti Petri es de origen fenicio y fue levantado en honor a su Dios, Melqart. Muchos son los que afirman que el origen de este santuario va a caballo con la existencia de Troya, que data del siglo XII a.C. Este lugar se ganó una gran fama, que recorrió los mares. Muchos escritores del pasado hacían numerosas referencias a Sancti Petri.
Un claro ejemplo lo vemos en el siglo I a.C, cuando Estrabón refiere en su “Geografía” que los tiritos fundaron nada más y nada menos que Gadeira, levantando un santuario a Hércules en la parte oriental de la isla. La ciudad, por su parte, se encontraba en la parte occidental. Según escrituras antiguas, el santuario estaba formado por un conjunto de edificaciones, donde sobresalía una principal. En la portalada más prominente se encontraba un relieve que escenificaba nada más y nada menos que los doce trabajos de Hércules, en bronce.
Sancti Petri, un rincón lleno de leyendas
Cabe destacar que contaba con dos pozos de agua dulce. El ritmo de crecida se producía completamente en el sentido inverso a las mareas. ¡Se trata de algo muy curioso! Por si fuera poco, Pomponio Mela aseguraba que, bajo el templo, estaban sepultados los restos de Hércules. En el subsuelo, además, contaba con diversas reliquias mitológicas como, por ejemplo, el cinturón de Teucro o, incluso, el árbol de Pigmalión.
¡Pero hay más! También se cuenta que en el interior de este templo, Aníbal juró odio eterno a Roma ante su padre, Amílcar Barca, cuando era apenas un niño. Mucho más tarde regresó a ese lugar con el objetivo de ofrecer sus votos a los dioses antes de emprender la aventura que marcaría su vida para siempre: La conquista de Italia.
Un dato a tener en cuenta es que, en el año 68 a. C, Julio César ante la estatua de Alejandro Magno que allí se encontraba, se lamentó. A la edad de 30 años aún no había alcanzado las mismas gestas del reconocido e histórico conquistador macedonio. El político regresó a ese templo de Hércules tiempo más tarde, concretamente en el año 45 a.C tras la batalla de Munda.
Todo lo que se cuenta en leyendas quedó en ruinas. Los cristianos, siglos después, levantaron el Faro y el castillo de Sancti-Petri en las ruinas fenicias del Templo de Hércules gaditano. Concretamente en el siglo XIII. Eso sí, factores como la erosión del mar, así como la explotación como cantera de piedra y varios ataques destructivos acabaron con ese esplendor que tenía este templo desde que se llevó a cabo la ocupación por parte de los visigodos. Aun así, ¡estamos ante un lugar lleno de historia!