BARCELONA
Es una de las construcciones mejor conservadas y más representativas del arte medieval catalán, en un paraje que depara multitud de sorpresas. Levantado bajo una roca que hace las veces de techo, es el monasterio más singular.
Sant Miquel del Fai es uno de los centros turísticos más antiguos de Cataluña. Sobre el valle del Tenes, en la provincia de Barcelona, bordeando buena parte de los espectaculares riscos de Bertí, a la riqueza natural del entorno se añade la belleza del patrimonio arquitectónico, un antiguo monasterio que se construyó en los alrededores de la iglesia de Sant Miquel, del siglo X. Como techo utiliza la propia roca, lo que le convierte en la mayor iglesia troglodita del país.
A 50 kilómetros de Barcelona, este complejo religioso románico construido en una gruta en un entorno natural único, sorprende por su belleza. El monasterio es el primer edificio que nos encontramos nada más cruzar el abrupto risco por el paso conocido como 'la Agujereada'. Entramos en la Plaza de la Abadía. La arquitectura encaja con la montaña que le hace de pared de apoyo y justo al lado hay un arroyo de pequeños lagos de agua del deshielo y de las lluvias que se filtran por la roca.
Frente a la plaza podemos ver la Casa del Priorato, una de las construcciones mejor conservadas y más representativas del estilo gótico catalán. Fue la casa del prior y también parte de las dependencias de los monjes en la época en la que el monasterio de Sant Miquel del Fai vivió su máximo esplendor. Desde la terraza y mirador disfrutarás de las vistas sobre el Valle del Tenes y de las localidades de Bigues i Riells.
A continuación vemos la iglesia de San Miguel, en parte dentro de una cueva, la única iglesia románica construida debajo de una cueva, que conserva una capilla construida en el siglo X. Más adelante hay un pequeño museo y una sala de audiovisuales. El Museo es un pequeño espacio en el que se exhiben hallazgos de fósiles que indican que ya en el neolítico hubo asentamientos allí. En la sala se audiovisuales conoceremos la historia y las leyendas de Sant Miquel del Fai, además de imágenes de las cascadas de agua en momentos de grandes lluvias, de los detalles del arte y de la arquitectura, e imágenes de la fauna y la vegetación del entorno.
Un poco más adelante, y antes del enorme salto de agua del río Tenes, nos topamos con la primera cueva, la de San Miguel. La entrada está medio escondida en la roca y una vez dentro podemos ver estalactitas y estalagmitas y pequeños estanques. La cueva fue descubierta en 1836 y se puede visitar.
Siguiendo por el camino se llega al misterioso Lago de las Monjas, un pequeño lago que queda escondido bajo la roca. Y a continuación, el camino se convierte en un pasillo por el interior de la montaña, que nos lleva a pasar por detrás del espectacular salto de agua del río Tenes. Después, se pasa por un arco, que fue una antigua puerta de entrada al monasterio. En este punto, comienza el Camino de la Ermita. La ermita de San Martín, construida en el siglo IX, con una capilla románica de montaña que data del siglo X, es excepcional, una iglesia anterior al monasterio y que fue el centro espiritual de los habitantes de la zona.
Finalmente llegaremos a la Cueva de Las Toscas. Una cueva en la que, con casco, podrás bajar por estrechos pasillos y adentrarte por el interior de la formación rocosa. Sin duda, uno de los lugares más enigmáticos y misteriosos de Sant Miquel del Fai.
Ahora abierto de martes a domingos de 10 a 16.30 h. Sant Miquel del Fai es una de esas joyas que no podemos dejar de descubrir, especialmente ahora en otoño, una época ideal para las escapadas de fin de semana. Todos los domingos hay un servicio de autobuses desde Barcelona, pasando por Sant Feliu de Codines. Los fines de semana hay visitas guiadas y actividades para los más pequeños. La visita comienza en la plaza de la Abadía y finaliza en la cascada.
Más información:
Diputació de Barcelona
Sant Miquel del Fai