CATALUÑA
Con mucha historia y tradición y una gastronomía sabrosa, el Serrallo es seguramente una de las mejores zonas de Tarragona. ¿Te vienes a conocerla?
Tarragona es una ciudad bastante completa. Tiene, entre otras cosas, una playa amplia, un montón de construcciones romanas que invitan a viajar al pasado y se conservan bastante bien, algún que otro museo y un barrio marinero muy pintoresco, conocido como el Serrallo.
El Serrallo está situado cerca de uno de los puertos marítimos más importantes de todo el Mediterráneo y cuenta con una amplia actividad tanto gastronómica como cultural y económica, esta última centrada en la pesca y en el mar desde hace muchísimo tiempo. Tanto es así que la tradición pesquera de Tarragona está documentada desde el siglo XIII y de un siglo más tarde datan las primeras tiendas de mar, unas chabolas en las que vivían los pescadores.
Volviendo al barrio que nos ocupa, debes saber que el Serrallo es un barrio de tradición. Y es que hay familias enteras que se dedican al mar; nietos e hijos de pescadores que quieren mantener la esencia del barrio y, en algunos casos, lo hacen regentando restaurantes.
Por eso no es extraño saber que en el Serrallo se encuentra la mejor gastronomía de Tarragona, puesto que allí se puede comer pescado blanco muy selecto, como por ejemplo gamba roja autóctona de Tarragona, gamba blanca, rape o calamar. Pero también boquerón, caballa, lenguado o atún rojo. Los platos de pescado del barrio del Serrallo son muy variados, aunque la gran mayoría de ellos saben a mar.
Allí se puede ver el Museo del Puerto para conocer su historia desde la época de los romanos hasta ahora. También se pueden contratar visitas guiadas para conocer el puerto y las diferentes embarcaciones o hacer la Ruta Patrimonial del Puerto de Tarragona por libre, siguiendo las indicaciones que hay por la calle y que te llevan hasta una docena de lugares de interés.
Además de todo esto, en el barrio del Serrallo es casi obligatorio hacer parada en la iglesia, dedicada a San Pedro, patrón de los pescadores. Y descubrir en un paseo el reloj del Port, de estilo modernista, que indicaba el inicio y el final de las jornadas laborales en sustitución del trompetero que indicaba eso mismo haciendo uso de un instrumento musical.
Finalmente, como buen barrio marinero, el Serrallo tiene también un faro, el de la Banya, que fue construido en el delta del Ebro en 1860 y entró en funcionamiento cuatro años más tarde. Durante más de cien años hizo su función y sirvió como hogar para el torrero, pero quedó inhabilitado en 1978 cuando se construyó otro más nuevo de hormigón. Algo más tarde, en 1984, fue cuando se trasladó hasta la ciudad de Tarragona, para ser restaurado y evitar con ello su demolición.
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