Un destino para huir del calor: Asturias
Ahora que las temperaturas se hacen insoportablemente altas y el mercurio se dispara en los termómetros, es necesario buscar refugio y pensar en unas vacaciones que nos permitan disfrutar y escapar de los rigores del calor. Vamos a presentar varios pueblos de Asturias que son pequeños, acogedores y deliciosos y nos permitirán escapar de esta ola infernal.
Algunos se encuentran en plena montaña, otros son lamidos por las olas del mar, algunos tienen maravillosos hórreos y paneras y otros disponen de vistas al mar y a la montaña a la vez. ¡Vamos a conocerlos!
Tanes en el concejo de Caso
Esta aldea rural se encuentra en la zona centro-occidental de Asturias y forma parte de la Reserva de la Biosfera de Redes. Es un pueblo que adaptó su fisonomía y su vida a un embalse, al que da nombre. Aquí podemos encontrar fauna salvaje, flora autóctona y el agua del embalse y del rio Nalón. Un pueblo de cuento en el que a la belleza de su paisaje tenemos que unir la espectacularidad de la colegiata de Santa María la Real: una silueta renacentista que se refleja sobre las aguas del embalse.
Bandujo en Proaza
Un pueblo que parece dormido en un sueño medieval, no en vano, es de los lugares medievales mejor conservados de todo el entorno rural asturiano. Una aldea que encierra mucha historia entre sus muros: la Torre de Tuñon o la Iglesia de Santa María. Un pueblo que ha tenido una actividad incesante durante siglos y que hoy es un absoluto remanso de paz y tranquilidad.
Pumares en Santa Eulalia de Oscos
Es un pueblo hecho de pizarra, piedra y agua. Un lugar tradicional de herreros, molinos y batanes; el hierro se forjaba aquí aprovechando la fuerza del agua. Aquí podemos contemplar la cascada de mayor caída de Asturias: la Cascada Seimeira. Un entorno de un rabioso verde y de maravillosa quietud solo rota por el rumor del agua cayendo.
Tuña en Tineo
Por este pueblo pasó todo el oro de Asturias que los romanos extraían de las entrañas de sus montañas. Un próspero pueblo de luchadores por las libertades, como el propio general Riego. Aquí podemos contemplar la casa blasonada donde nació Riego, su busto y pinturas murales, que le rinden homenaje. Un pueblo histórico con un puente romano, palacetes y absoluta tranquilidad.
Viávelez en El Franco
Es uno de los pueblos más recónditos y sorprendentes de la costa occidental asturiana. Un pueblo bañado por la espuma del mar y presidido por un faro al fondo de un espigón que tiene un pequeño puerto de pescadores. Un pueblo de cuento que impresiona totalmente, tanto con el mar en calma como embravecido.
Gobiendes en Colunga
Desde esta pequeña aldea podemos contemplar el mar desde el templo Prerrománico de Santiago. Está elevado en un promotorio en la costa y Gobiendes contempla por un lado el mar Cantábrico y por el otro el Monte Sueve. Un maravilloso pueblo de casas cuidadas y que también alberga un Palacio. Forma parte del Camino de Santiago en la Costa, el más antiguo que existe antes de llegar a la Catedral de San Salvador.
Espinaréu en Piloña
El auténtico reino de los hórreos y paneras asturianas. Estas típicas construcciones de madera, asentadas sobre cuatro o seis pilares, son las edificaciones más clásicas de Asturias. Están muy vinculadas a la vida agrícola y servían para almacenar los víveres y ponerlos a salvo de los roedores y la humedad. Este pueblo impresiona por la cantidad de hórreos y paneras que posee y por su maravilloso estado de conservación. Un viaje a un paraíso etnográfico en el corazón de Asturias.
El frescor del paraíso en estos días de calor asfixiante, por algo Asturias recibe el nombre de Paraíso Natural. Un recorrido por sus maravillosos pueblos y aldeas y por un paisaje y paisanaje único y amable. Si esto te parece poco, ríos de sidra refrescaran tu estancia; de su gastronomía ni hablamos.