El influjo del agua en el paisaje
Son muchas las caídas de agua que salpican la geografía española y todas ellas, tan bellas como sorprendentes, realzan el paisaje situando la zona en el mapa del viajero.
Salto de Orbaneja del Castillo (Burgos)
Cuenta esta provincia con varios parajes espectaculares y cascadas de un singular encanto. Si hay que elegir una, tal vez sea esta, situada al norte de Burgos, en el pueblo del mismo nombre, y en el grandioso Cañón del Ebro. El agua de esta caída procede de la Cueva del Agua, ligeramente por encima de las casa del pueblo, el cual atraviesa rápidamente para precipitarse al Ebro por una cascada de 25 metros y mil brazos entre roca tobácea y musgo.
Nacimiento del Río Cuervo (Cuenca)
Declarado Monumento Nacional en 1999, el río Cuervo nace a casi 1500 metros de altitud, junto a la pintoresca localidad de Vega de Codorno, a unos 80 km de Cuenca capital. El agua surge de un manantial travertínico, se tiñe del verde del musgo y baja por enormes estalactitas de roca calcárea dando lugar a largas chorreras que ofrecen una bellísima estampa. Más aún en invierno cuando se congelan.
Cascada del Xiblu (Asturias)
En la comarca de Teverga y dentro del Parque de las Ubiñas y la Mesa se encuentra esta mágica cascada. Ella no es el único tesoro de esta zona ya que toda la ruta hasta llegar al salto recorre el hayedo de Montegrande en medio de una impresionante paz. Una vez ante la Cascada del Xiblu el viajero podrá comprobar que es mucho más espectacular en vivo que en las fotos, que generalmente no la hacen justicia. Consta de al menos tres tramos, siendo la caída superior la más llamativa. La vegetación del entorno, especialmente en otoño, resalta la belleza del lugar.
Nacimiento del Río Asón (Cantabria)
Por una de las rutas de senderismo más sencillas y bellas de Cantabria, entre bosques y praderas de película, se llega al pie de esta cascada en cuya cima nace el río Asón. Son 70 metros de caída por un farallón rocoso de esta cascada también conocida como Cilagua (cae el agua). Cualquier época del año es buena para visitarla, ya sea en verano caminando entre el frescor de su vegetación, entre la niebla si es otoño o invierno o la especial recompensa de la primavera cuando llega el deshielo y la cascada ofrece su mayor cauce.
Pozo de Los Humos (Salamanca)
También conocida como la Senda de Unamuno, este salto de agua tan sólo tiene dos metros menos de altura que las famosas cataratas de Niágara. Una caída de 52 metros por la que discurre el río Uces, afluente del Duero, a su paso por los Arribes, una zona entre Masueco de la Ribera y Pereña. Paredes verticales, gargantas y acantilados de vértigo confieren al lugar de una belleza increíble.
El Chorro de los Ángeles (Cáceres).
Por una pendiente de más de 200 metros baja el agua en esta espectacular cascada situada en la comarca cacereña de Las Hurdes. Recibe el nombre de un convento que, ahora en ruinas, se halla en las inmediaciones y que fue mandado construir por San Francisco de Asís. Gracias a un camino que pasa justo por enfrente de la caída, el Chorro de los Ángeles se puede ver desde unos cuantos cientos de metros y escuchar el estruendo del agua en su descenso.
Cascada de Colores de Taburiente (Canarias)
Dado el origen volcánico de las islas, todo el paisaje del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente es de lo más extraño y sorprendente y uno de los mayores atractivos turísticos de la isla de La Palma. En una hendidura de cerca de 8 km de diámetro y cubierta de bosques y jalonada de barrancos se encuentra esta cascada cuyo fondo es un muro coloreado de verdes, naranjas y amarillos de forma natural por el hierro del agua y del paso del tiempo.
Salto del Nervión (Álava)
Aquí, en el noroeste de la provincia de Álava, limitando con Burgos y Vizcaya, nace el río que termina su recorrido impregnando de vida y orgullo la ría de Bilbao. El paraje pertenece al Monumento Natural Monte Santiago, en el extremo nororiental burgalés, en su frontera con el País Vasco. Fluyendo por el desfiladero de Delika, en la temporada de lluvias el Nervión forma una espectacular cascada de más de 270 metros de altura, lo que la convierte en una de las más grandes y llamativas de la geografía española. En las inmediaciones del puerto de Orduña hay un mirador que ofrece una vista incomparable.
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