LA BELLEZA DEL MAESTRAZGO
Una escapada medieval a la tierra de los Caballeros Templarios en el corazón del Maeztrazgo.
Viajar a la preciosa comarca del Maestrazgo, en Teruel, es un auténtico descubrimiento. Es revivir la historia y disfrutar de un patrimonio arquitectónico único. Pueblos y villas se encaraman en un terreno agreste, en el que conviven sierras, barrancos, extensos pinares, pastizales, estrechas riberas, paredones rocosos, muelas y vegas surcadas por la red fluvial del Guadalope y sus afluentes. Una comarca de amplios espacios naturales con un gran valor ecológico y paisajístico.
Así nos topamos con una antigua población, Castellote, con su alta silueta sobre un risco que desciende de forma abrupta hacia el valle del río Guadalope. Una pequeña y bellísima población cuyo casco antiguo está declarado Bien de Interés Cultural.
Y es que la villa de Castellote se ha convertido en uno de los centros turísticos más interesantes del Maestrazgo. Su casco urbano está presidido por los restos de un castillo templario del que se conservan vestigios de la sala capitular, la torre del homenaje de casi 12 metros de ancho, algunos aljibes y algunos tramos de muros originales. Una importantísima fortaleza, en tiempos disputada en todas las guerras del Maestrazgo, desde la Reconquista hasta las Guerras Carlistas, por su posición estratégica.
Andar por Castellote es descubrir, poco a poco, sus estrechas y empinadas calles, sus edificios, con balcones rematados con aleros decorados, la iglesia de San Miguel, una fuente con esculturas góticas y el Ayuntamiento de origen gótico situado sobre una lonja de arquerías de sillería dentro del recinto amurallado de la ciudad.
Preciosa es también la ermita románica del siglo XII de la Virgen del Agua, la torre y antigua cárcel de los comendadores de la Orden del Temple, las puertas de acceso del antiguo recinto amurallado o las casas palacio de Don José de estilo neoclásico, Gordiano del Siglo XVI o Planas.
La historia de Castellote, es parte de nuestra historia, Alfonso I, los árabes, Alfonso II, los Señores de Belchite, la Corona, la orden del Santo Redentor, la orden del Temple o Jaime II, todo entre estos muros que hoy conservan el encanto y el patrimonio de otros tiempos.
Castellote fue villa templaria, los caballeros templarios fueron los amos y señores de estas tierras durante el siglo XIII y esta ciudad fue una de las más importantes de la Corona de Aragón. Si quieres descubrir los secretos de la Orden, puedes hacerlo visitando el Torreón Templario, hoy convertido un centro de interpretación de la Orden del Temple.
Situado en un torreón de vigilancia medieval, este centro es una manera de conocer la historia de los Templarios desde sus inicios hasta su triste final. En el torreón podemos encontrar al último comendador templario contándonos cómo fue el sitio al castillo de Castellote. También, un libro con la regla de la orden, la maqueta del castillo y un fondo bibliográfico, por si quieres indagar más acerca de estos caballeros, para aprender quiénes fueron, cómo vivieron y por qué desaparecieron. Adentrarse en el Torreón es hacerlo en los secretos de la tecnología templaria, en sus construcciones, su defensa y en sus finanzas.
Desde este torreón se podían controlar los intentos de ataque de los musulmanes que llegaban por el río Guadalope. El edificio guarda muchos de sus detalles arquitectónicos, los que le caracterizan como lo que fue, un apoyo a la defensa del castillo y más tarde una prisión.
Castellote rodeado de un excepcional paisaje natural, destaca también por su patrimonio paleontológico, con tres importantes yacimientos, uno con restos de árboles fósiles y otro con icnitas, huellas de dinosaurios.
Si viajas con los más pequeños, les encantará el centro Bosque Pétreo de Territorio Dinopolis, un espacio para conocer a los dinosaurios y mamíferos que convivieron en Castellote hace 25 millones de años, y descubrir fósiles y un bosque carbonífero. En pleno centro, está dedicado a la Paleogeografía, el estudio de la evolución del planeta a través de las plantas y de los árboles.
Y si quieres más, puedes acercarte al Salto de San Juan en Cuevas de Cañart; los poljes de la Hoya del Pina y Llano de Villaseco, el valle alargado de origen kárstico con impresionantes formaciones y un paisaje de árboles monumentales y grandes pinares.
Descubre la belleza y la historia de una de las comarcas más impresionantes de Teruel.