Para los amantes de la nieve
Suiza respira lujo y exclusividad. Y no sólo porque es la sede de un buen número de bancos y entidades financieras, así como la casa de prestigiosas firmas relojeras, sino porque en sus montes se concentran las estaciones de esquí más selectas.
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Las hay más discretas, como Gstaad, y otras en las que lo que prima es dejarse ver, como St. Moritz, y otras, como Zermatt, en la que el respeto a la naturaleza es total.
Saint Moritz
Probablemente la estación de esquí más famosa y con más tradición del mundo. Los artífices de St. Moritz fueron los que inventaron el concepto que une los deportes con las vacaciones de invierno hace más de 150 años. El dominio esquiable de St. Moritz, en realidad llamado Alta Engandina, cubre 350 Km. de pistas y casi 60 remontes en varias montañas o zonas distintas y no conectadas entre sí. La estación está situada en Dorf, en cuyas dos calles principales se encuentran las boutiques de las marcas más lujosas del mundo y con un acceso directo en funicular a las pistas de Corviglia. Además de esquí, se practica polo, trineos, bobsleigh, hockey, golf, patinaje y un sinfín de actividades de invierno. El dominio esquiable de St. Moritz, en realidad llamado Alta Engandina, cubre 350 Km. de pistas y casi 60 remontes en varias montañas o zonas distintas y no conectadas entre sí. En St. Moritz se encuentra el prestigioso The Kulm Hotel St. Moritz, considerado hoy en día como uno de los 10 mejores hoteles de Suiza.
Gstaad
Si St. Moritz es una estación de esquí en la que a buena parte de quienes allí acuden les gusta ser vistos y dejarse ver, Gstaad es todo lo contrario. En esta estación de esquí la discreción es la norma de la casa y las fiestas se celebran en la intimidad de sus lujosas viviendas. El diseñador de moda Valentino, el gurú de la fórmula uno Bernie Ecclestone o la familia Botín disfrutan allí de la nieve. La base de la estación se encuentra a 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar, desde ahí podrás llegar a través de los cerca de 56 remontes a pistas catalogadas como azules (128 kilómetros), rojas (59 kilómetros) y negras (33 kilómetros) y sus pistas son especialmente adecuadas para los niveles principiantes e intermedios. Entre los numerosos hoteles de lujo de Gstaad destaca el Gstaad Palace, donde uno puede disfrutar del agua ecuatorial de un jacuzzi en una terraza al aire libre. Por sus salones se han paseado Liz Taylor, Roger Moore, Roman Polansky o Jack Nicholson incluso Michael Jackson, que solía alojarse en la Penthouse Suite quiso comprar todo el edificio.
Zermatt
Zermatt comenzó su vida como un pueblo agrícola de las montañas de Suiza y a día de hoy es todo un complejo deportivo con tres dominios distintos conectados: Sunnegga: se accede a través de un funicular subterráneo a pistas de todo tipo; Gornergrat: toma el tren desde el centro de Zermatt, unos cuarenta minutos, pero son famosas sus vistas durante el trayecto. Nivel medio y alto; y Klein Matterhorn: pistas más complicadas. Arriba hay un glaciar donde se puede esquiar todo el año. Zermatt es un pueblo alpino típicamente suizo, con preciosas casas de madera y grandes picos alrededor. Todo el pueblo es peatonal y muy tranquilo, ya que no circulan coches, tan sólo taxis eléctricos. Para los aficionados a la restauración ésta es su mejor opción. Zermatt tiene la mayor densidad de restaurantes gourmet de todo el mundo, incluso ofrece la opción de contratar un guía para disfrutar de un tour esquí-gastronómico por las pistas de la estación. Si hay algo que no te debes perder en Zermatt es la noche de luna llena. Mont Cervin Palace o Gran Hotel Zermatterhof son los más exclusivos.
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