Alcázar, Castilnovo, Coca, Cuéllar, Pedraza y Turégano
Segovia cuenta con un denso e importante patrimonio monumental en la ciudad, claramente reflejado en la geografía provincial y que puede descubrirse a través de rutas alternativas de turismo. Ejemplo de ello es la Ruta de los Castillos, un recorrido por las fortalezas más representativas de la provincia que permiten al viajero disfrutar de recintos amurallados, torres, fosas, puentes elevadizos… En definitiva, sentir la Edad Media.
El Alcázar de Segovia es, naturalmente, el primer punto de referencia. Construido en un montículo de roca en la confluencia de dos ríos, tan privilegiado emplazamiento fue ocupado desde el siglo XII y por él pasaron monarcas de la talla de Alfonso X El Sabio o los mismísimos Reyes Católicos. Fue restaurado en el siglo XIX tras un incendio, consiguiendo recuperar los artesonados mudéjares y la decoración propia de la mayoría de las salas.
Saliendo de la ciudad encontramos el Castillo de Turégano, con raíces celtíberas y donde aún se conservan las torres del antiguo castrum romano, una iglesia fortificada. En 1703, se mandó construir la Españada, para que en ella se pusieran las campanas. En sus mazmorras estuvieron ilustres presos como el hijo del Duque de Osuna, el Almirante de Aragón y el primer ministro de Felipe II, Antonio Pérez. En Turégano también se pueden recorrer algunos espacios que conservan edificios antiguos de muy original estructura.
A continuación aparece el Castillo de Pedraza, uno de los más antiguos de Europa. En él han dejado su huella los romanos, visigodos y árabes. También fue residencia de los Fernández de Velasco, máxima autoridad de los ejércitos de Castilla. Además, a corta distancia de La Velilla, localidad desde la que se accede a Pedraza, existe una bella iglesia románica bajo la advocación de la Virgen de las Vegas, construida en el siglo XIII sobre un mausoleo paleocristiano que también merece la pena visitar.
Por un corto camino se llega a Castilnovo, construido en el siglo XIV y habitado durante el siglo siguiente por Don Álvaro Luna y los Delfines de Francia. Su planta es cuadrada y de estilo mudéjar con bandas de ladrillo y mampostería. Consta de dos torres circulares y un total de seis torreones defensivos.
La Ruta de los Castillos sigue hasta Cuéllar, la segunda población con más habitantes de la provincia. Su castillo de los Alburquerque es un formidable ejemplo de las fortalezas castellanas; bien restaurado después de años de destinarse a usos varios –fue incluso una prisión- hoy alberga también un centro de enseñanza y el archivo de los Alburquerque. Fue edificado por Don Beltrán de la Cueva, favorito de Enrique IV, y ofrece de entrada un enorme patio de armas con columnas y doble galería.
El recorrido concluye en el Castillo de Coca, una construcción de interesante arquitectura militar de ladrillo, con filigranas de arte mudéjar. Se trata de uno de los más importantes de España y fue construido como palacio y fortaleza. De planta cuadrada, está rodeado por un triple recinto y un impresionante foso.
Por último, La Ruta de los Castillos puede completarse con otras importantes referencias como Ayllón, Fuentidueña, Maderuelo, Sepúlveda y Valdeprados. Todos ellos conservan restos y recintos amurallados, que en su mayoría son un Conjunto Histórico y Artístico de gran interés.
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