GRANDES VIAJES
Las Cuevas de Waitomo son absolutamente fascinantes y podemos encontrarlas en Nueva Zelanda. Es el momento de incidir en una de las más sorprendentes: la Cueva de Waitomo Glowworm.
Nueva Zelanda es uno de los países más bonitos que podemos encontrar en el planeta. Esto no es producto de la casualidad, sino de que siempre damos con un lugar que logra dejarnos absolutamente sin palabras. Esto es exactamente lo que ha ocurrido con una de las cuevas más misteriosas del mundo: las Cuevas de Waitomo.
Las podemos encontrar en la región de Waikato, concretamente en la isla norte de Nueva Zelanda. Este curioso nombre de origen maorí está formado por “Wai”, que se traduce como agua y, por otro lado, se encuentra “tomo” que significa hoyo o entrada.
Por lo tanto, “Waitomo” es algo así como “corriente que fluye hacia el agujero en el suelo”. ¡Es sencillamente espectacular! La más conocida de todas las cuevas de este lugar es la llamada Cueva de Waitomo Glowworm. El hecho de asomarse a su interior es como si viéramos miles de estrellas, mucho más cercanas que las del cielo.
Bien es cierto que esta situación se debe a algo muy concreto, que nada tiene que ver con el espacio. Debemos tener en cuenta que las Cuevas Waitomo de Nueva Zelanda, hace 30 millones de años, estaban bajo el agua. Por lo tanto la mencionada cueva, hecha de piedra caliza, cuenta con diversos esqueletos, conchas fosilizadas y, cómo no, ¡también corales!
Por lo tanto, esta cueva de Waitomo Glowworm se ha convertido en un hogar más que perfecto para miles de luciérnagas. Concretamente de la especie conocida como Arachnocampa luminosa. Se trata de un tipo de mosquito de los hongos que, en su etapa larval, brillan muchísimo.
De este hecho deriva, precisamente, el nombre de esta Cueva: “Glowworm” es “gusano brillante”. Estas larvas se aferran a las paredes de la roca por lo que, cuando están en grupos grandes, producen un efecto verdaderamente fascinante. A tal punto llega la cosa que sus visitantes se quedan impactados, con la sensación de estar muy cerca de las mismísimas estrellas.
Estas larvas tan solo pueden sobrevivir en lugares con mucha humedad y oscuridad. Por si fuera poco, también necesitan un techo horizontal así como un lugar que esté completamente protegido por el viento. Por lo tanto la Cueva de Waitomo Glowworm supone el escenario perfecto para esta enorme cantidad de insectos luminosos. ¡Es sorprendente!