UNA DE LAS MEJORES EXCURSIONES EN LA ISLA DE MALLORCA
Mallorca es el destino perfecto en cualquier época del año, pero en otoño, bien merece una escapada. La isla vive en estos meses una segunda primavera. Y es que la humedad de las primeras lluvias y las suaves temperaturas provocan que muchas especies de plantas tengan una segunda floración antes de la llegada del invierno. Los colores llenan de belleza los paisajes mallorquines y es un auténtico placer para los sentidos perderse por sus espacios naturales, parques, jardines, pueblos y ciudades.
Pero si quieres vivir la esencia mallorquina y hacerlo de una forma original y sorprendente, te proponemos un viaje al pasado. Un viaje que te llevará a conocer parajes únicos de Mallorca. Te proponemos que subas a un tren histórico, el Tren de Sóller.
Sóller es un imponente enclave donde el mar y la montaña ofrecen uno de los espectáculos más bellos del archipiélago balear, fascinante Valle de los Naranjos como telón de fondo. Codiciado por los corsarios que en otras épocas surcaban el Mar Mediterráneo y retratado por numerosos artistas este es un paraje singular en la isla mallorquina.
Sóller y su puerto se van a convertir en una experiencia única que nos va a permitir conocer la riqueza natural de la Serra de Tramuntana. Y llegar en el tren es hacerlo con un viaje con parada en las estaciones del arte.
El Tren de Sóller lleva más de 100 años en funcionamiento y aúna arte, historia y bellos paisajes. Un ferrocarril, que une la capital balear, Palma, con la ciudad de Sóller desde el año 1912, atravesando espectaculares rincones de la isla.
Bosques de encinas, pinos y olivos milenarios, cimas, bancales con muros de Piedra en Seco, pequeñas casitas, valles y torrentes y el verde y extenso valle de naranjos y todo hasta llegar a Sóller, marcado por la época modernista que sorprende con tesoros pictóricos como La Maja Negra de Joan Miró, que se puede admirar al llegar en la estación, o el enorme mural del escultor y ceramista Joan Gardy Artigas, realizado a propósito del primer centenario de este tren.
Viajamos a Sóller como se hacía antaño, y lo hacemos para descubrir lugares como la Iglesia Parroquial de San Bartolomé, el Museo Modernista de Can Prunera o la Cooperativa de Sóller, para ver el proceso de elaboración de su preciado aceite Oli de Mallorca.
Además, los sábados se puede visitar también el tradicional Mercado de Sóller y, de paso, llegar hasta el mar en tranvía eléctrico para probar uno de los manjares más famosos de Sóller, La gamba de Sóller, el manjar rojo del Puerto
Un ferrocarril con siglos de historia. Y es que a comienzos del Siglo XX, la ciudad de Sóller, necesitaba acabar con su simbólico aislamiento, un aislamiento que dificultaba su desarrollo. Una orografía que hacía difícil el transporte, tanto de pasajeros como de mercancías, entre el puerto de la ciudad de Palma y el resto de la isla, que ya contaba entonces con una sólida estructura ferroviaria.
Llegar a Sóller era viajar en diligencia salvando grandes desniveles, en especial el llamado Coll de Sóller, una carretera rústica, estrecha y elevada que, agotadora para los animales de tiro. Todavía hoy quedan las diferentes posadas que servían para el descanso y avituallamiento de animales y viajeros, reconvertidas en restaurantes.
Así nació el Ferrocarril de Sóller, un tren de vía estrecha, poco común, de estética tradicional y detallista y artesanal. Algo que lo convierte en inconfundible y con mucho encanto.
Este ferrocarril destaca, por su singular trayecto atravesando la Sierra de Alfàbia, con sus 2,8 kilómetros de ancho y 496 metros de alto, en plena Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y principal cadena montañosa que une el Valle de Sóller con el resto de Mallorca.
Más información: Tren de Sóller
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