Un funicular de vértigo
Suiza es un país cargado de maravillas, algunas de ellas verdaderamente curiosas, como el funicular más empinado del mundo. Descúbrelo.
No nos cansamos de mirar a Europa y descubrir maravillas. Nuestro continente, aunque a veces lo olvidemos, es tan rico como el resto, alberga tantas maravillas como sus compañeros, y es una fuente inagotable de belleza, experiencias y recuerdos. Incluso aquellos países que muchas veces pasamos por alto, como por ejemplo Suiza, guardan secretos que enamoran a quienes deciden abrir los ojos y disfrutar de lo que nos rodea. Este país centroeuropeo está repleto de paisajes naturales que dejan sin aliento, goza de una gastronomía riquísima y variada y presume de un nivel cultural que asombra a cualquiera. Pero eso no es todo.
Entre las muchas curiosidades que encontramos en Suiza si decidimos indagar a fondo, es imposible no mencionar al funicular más empinado del mundo. Como bien sabemos, estamos hablando de un país de montañas, de un rincón de nuestro continente en el que la nieve, las elevaciones de terreno completamente blancas y la naturaleza siempre son protagonistas. Y en medio de ese paisaje, entre el que se ubican pequeños pueblos con un encanto muy especial, nos encontramos con esta maravilla que no sólo te permitirá conocer bien la zona, sino también disfrutar de unas vistas sin igual.
El funicular, conocido como Stoos Bahn, une la ciudad de Schwyz con el pueblo de Stoos, uno de los más bellos y espectaculares de toda Europa, en plena montaña, con la paz como única compañera. Con una pendiente que alcanza el 110%, está considerado, como decimos, el más empinado del planeta, y salva una distancia de 740 metros de altitud en un recorrido de 1.720 metros. Pero los datos, que ya impresionan, no son lo único que llama la atención de este ferrocarril, también lo hace su estructura.
Las cabinas son, para sorpresa de aquellos que lo ven por primera vez, cilíndricas. Y permiten, pese a la inclinación que se alcanza en el trayecto, que los pasajeros siempre se mantengan en la misma inclinación, haciendo que el viaje sea lo más placentero posible. Mientras disfrutan de unas vistas impresionantes, en las que la nieve siempre suele tener un papel importante, se elevan hasta lo más alto, rodeados de paz y de belleza.
Si tienes pensado viajar a Suiza, nuestra recomendación es que, además de apostar por las grandes ciudades, dediques algo de tiempo a conocer pequeños pueblos y zonas del país de las que no se habla tanto a nivel internacional. De esta manera, disfrutarás de su belleza más pura, conocerás su vida y sus costumbres e irás más allá, topándote con maravillas como este espectacular funicular.