Una isla remota pero no perdida
Isla Mocha es una pequeña isla -tan pequeña que ocupa sólo unos 50 kilómetros cuadrados- frente a las costas de Chile, es famosa por sus playas, también por su riqueza natural, por su historia ligada a los conquistadores españoles y a los piratas ingleses y holandeses y también por sus leyendas ¿sabías que es posible, probable incluso, que Herman Melville se inspirara en un gran cachalote albino que merodeaba por las aguas cercanas a Isla Mocha para escribir su magnífica novela Moby Dick?.
Cuentan que los conquistadores españoles despoblaron la isla porque ésta se convirtió en refugio de piratas y bucaneros, al parecer algunos tan ilustres como Francis Drake utilizaron isla Mocha como lugar de abastecimiento y, como castigo por serles de ayuda, los españoles trasladaron a los habitantes indígenas de la isla al continente. Según las crónicas de la época, si bien Isla Mocha se convirtió en lugar de abastecimiento y los Mapuche recibían pacíficamente esas visitas, hubo una que no resultó tan placentera… al parecer el famoso pirata Francis Drake acabó llevándose como recuerdo de isla Mocha una cicatriz en su rostro tras un enfrentamiento con los Mapuche.
Finalmente la isla quedó desierta durante largo tiempo, los Mapuche no sólo no regresaron nunca sino que consideran a esta isla como el destino de sus almas cuando les llega la muerte (si te dan miedo los fantasmas tal vez éste no sea tu destino… ¿no crees?).
Hoy en día Isla Mocha atesora una reserva natural, kilómetros de playas paradisíacas, restos de cientos de naufragios en sus aguas y, en base a estos pilares, está convirtiéndose en un destino imperdible para los amantes del turismo rural, la naturaleza, la historia, las leyendas y la aventura; actualmente sólo hay un hotel en la isla pero algunos de los 800 habitantes de isla Mocha -que viven de la ganadería, la agricultura y la pesca- ofrecen habitaciones en alquiler para visitantes, especialmente ahora que sus aguas comienzan a hacerse famosas entre los amantes de la pesca deportiva.
A quien no se encontrarán los pescadores es a Mocha Dick, un gran cachalote albino que, según cuentan las crónicas de la época, a veces navegaba amigablemente junto a los barcos y que, cuando se veía atacado por balleneros, respondía con fiereza hundiendo muchos de ellos; según esas mismas crónicas, un día aciago en el que Mocha Dick acudió en ayuda de una ballena que navegaba con su cría y estaba siendo atacada por un ballenero, cayó ante los arpones poniendo fin a su leyenda y confirmando sus 24 metros de largo. Que fue en esta ballena en la que se inspiró Herman Melville es cosa prácticamente segura, por qué le cambió el nombre de Mocha Dick a Moby Dick es un misterio que sólo el mítico escritor americano podría responder.
Hay un misterio más que rodea Isla Mocha, el mundo de la arqueología mira a esta isla con gran emoción porque ahí se han encontrado restos óseos polinesios, lo que podría confirmar que no fueron los españoles los primeros en llegar a América sino que, antes que nosotros, llegaron los indígenas desde Oceanía.
A Isla Mocha, a sus playas paradisíacas y sus aguas y naufragios, a sus casas, a su único hotel y a su reserva natural, se llega volando desde el continente, desde Concepción o Tirúa; un destino por conocer y explorar que no te puedes perder si visitas Chile.