TARRAGONA
El Puente del Diablo es una de las construcciones más conocidas de la provincia de Tarragona. Es el momento de conocer su historia y, sobre todo, su curiosa leyenda.
No es ningún secreto que España cuenta con un gran número de acueductos en su territorio, como parte de esos vestigios de la época romana en la Península Ibérica. Uno de los más peculiares tiene un nombre verdaderamente sorprendente. Estamos hablando, cómo no, del Puente del Diablo situado en Tarragona.
Y es que el suministro de agua a Tarraco, que era como se conocía a este lugar en la época romana, se garantizaba gracias a dos acueductos, cuyas aguas procedían de los ríos Gaiá y Francolí. Respecto a este último río, se utilizaba el conocido como Acueducto de les Ferreres o Puente del Diablo.
En cuanto al origen del Puente del Diablo, nos hace viajar al siglo I d.C, bajo el mandato del emperador Augusto, y consta de 11 arcos en la parte inferior y 25 arcos en el superior. Se erigió de esta manera para tratar de salvar ese visible desnivel que había en el barranco dels Arcs. Una de las cuestiones que más llama la atención de este acueducto es la peculiaridad de su nombre.
Y todo se debe a varias leyendas que hay entorno a su construcción. En una de ellas se dice que un joven constructor estaba erigiendo este puente. En el momento en el que tenía las dos hileras de arcadas listas, fuertes vientos y tormentas se lo llevaron. Tal fue la desesperación que sintió, que el constructor aseguró que únicamente el Diablo podría construir un puente que pudiera durar más de mil años.
Es entonces cuando el mismísimo Diablo se le apareció, garantizándole que aquella misma noche construiría el puente con piedra de la cantera del Mèdol. Esto haría que su duración fuera prácticamente eterna. A cambio de hacerlo, al diablo le ofrecieron treinta bolsas llenas de monedas de oro y de plata. Pero él no quería el dinero sino el alma del primero que bebiera el agua que pasara por el puente..
Tanto el maestro como los operarios, al ser conscientes de la peligrosidad de esta petición, urdieron un plan. Una vez construido el puente, el Diablo esperaba a un lado del mismo, para ver si cumplían su palabra. Desde la otra parte, el maestro y los operarios le mostraron un burro, que fue el primero que bebió. Fue el primero en beber de aquella agua y, por tanto, el Diablo se quedó con su alma.
La sección de este Puente que se conserva en la actualidad formaba parte de una obra verdaderamente colosal que recorría unos 10 kilómetros. A día de hoy, en cuanto a sus características, debemos tener en cuenta que este Puente del Diablo tiene, aproximadamente, 200 metros de longitud y una altura de unos 26 metros. Su estado de conservación es tan óptimo que la UNESCO no tardó en declararlo Patrimonio de la Humanidad.
¿Dónde podemos encontrar el Puente del Diablo?
Para poder llegar a él, puedes hacerlo desde la autopista AP-7 dirección Tarragona. Pocos kilómetros antes de llegar a la ciudad, encontrarás un cartel que menciona el monumento, así como una pequeña área de descanso para poder estacionar tu coche y poder visitar el Puente del Diablo. ¡Pero no es la única manera de llegar hasta allí! Ya que también puedes hacerlo desde la carretera N-240 dirección Valls, pocos kilómetros antes de llegar al conocido barrio Sant Salvador.
...
También te puede interesar...
Así era el Parque del Retiro de Madrid hace 70 años