Día Internacional del Libro
Cada 23 de abril celebramos el Día Internacional del Libro, aunque este año no pueda haber Saint Jordi, ni puestos de libros por las calles de las ciudades, podemos celebrarlo de la mejor forma posible, leyendo estos clásicos de la literatura en nuestra lengua.
Nada, Carmen Laforet
Esta novela que publicó la autora barcelonesa en 1945, ganó ese mismo año el Premio Nadal, Laforet tenía entonces 23 años. La novela cuenta la historia de Andrea, su protagonista que tras la Guerra Civil se traslada a Barcelona para estudiar. Allí vivirá en la casa de su abuela, junto con su tía Angustias, su tío Román, su tío Juan, la mujer de este último, Gloria, y Antonia, la criada. Página a página iremos entrando en esa atmósfera agobiante marcada por el hambre y la violencia. Iremos descubriendo los secretos que cada miembro de la familia esconde. Por suerte para Andrea, en la universidad conocerá a la que será su íntima amiga, Ena.
Entre visillos, Carmen Martín Gaite
Ambientada en una capital de provincia, Carmen Martín Gaite nos traslada a la vida llena de rutinas que allí transcurre. Podríamos considerar la llegada de Pablo Klein, el nuevo profesor de alemán en el instituto y recién llegado de la ciudad, como el hilo conductor de la novela. Fue publicada en 1957 y ese mismo año fue galardonada con el Premio Nadal. Martín Gaite enmarca en estas páginas una sutil y sagaz crítica de la situación de la mujer en los años cincuenta, pues se veía relegada un segundo plano y avocada al aburrimiento.
El árbol de la ciencia, Pío Baroja
En 1911 Pío Baroja publica esta novela semiautobiográfica y con cierto carácter filosófico. Acompañaremos a su protagonista, Andrés Hurtado, en su proceso de crecimiento y madurez, tan personal como espiritual. Las largas conversaciones entre el protagonista y su tío, el doctor Iturrioz, tienen gran peso. Andrés es un estudiante de medicina y mediante su familia, profesores y amistades, Baroja consigue reflejar el Madrid de finales del siglo XIX. Podemos aprovechar esta lectura para pasear por un Madrid casi inexistente, del que aún quedan algunos vestigios.
El amor en los tiempos del Cólera, Gabriel García Márquez
Aunque el autor nos no da detalles específicos sobre el lugar y el momento en el que se sucede la novela, García Márquez nos traslada a una ciudad del caribe en algún momento del siglo XIX, y nos embriaga con su estilo narrativo. Tras la muerte del doctor Juvenal Urbino, su viuda mujer Fermina Daza se reencuentra con Florentino Ariza, un amor de juventud. En las páginas de este libro encontraremos una entrañable historia de amor, inspirada relación de los padres del autor.
La dama joven, Emilia Pardo Bazán
Esta novela corta de la autora gallega se publica en 1885 y está ambientada en La Coruña, aunque la autora utiliza el nombre Marineda para referirse a dicha ciudad. Emilia Pardo Bazán utilizó la figura del narrador omnisciente para contar la historia de dos hermanas, Dolores y Concha. Cada una de ellas tiene una forma completamente distinta de enfrentar la vida. Mientras que Dolores aborrece a los hombres y se siente despechada, elige buscar cobijo en el confesionario; Concha aspira a convertirse en actriz y dejar atrás su vida como costurera.
Rimas y Leyendas, Gustavo Adolfo Béquer
Seguro que muchas personas tuvieron su primer encuentro con este libro en el instituto, es el típico libro que siempre vemos cuando nos acercamos a la estantería. Es el momento de desempolvarlo y sumergirnos en los versos de Béquer, así como en el conjunto de leyendas que escribió entre 1858 y 1865. Estas narraciones tienen un carácter íntimo y evocador, recordando el pasado histórico. En ellas hay una acción verosímil a la que se le introducen de elementos fantásticos o insólitos.
Por supuesto, podemos recuperar otros clásicos como Don Quijote de Miguel de Cervantes, poemas de Santa Teresa de Jesús, o incluso obras dramáticas de Lope de Vega o Calderón de la Barca.