Un destino espectacular
África es, quizá, uno de los continentes que menos nos atrevemos a explorar y, sin embargo, es probablemente el más bello de nuestro planeta. Un claro ejemplo de ello lo tenemos precisamente en Tanzania.
Es curioso que el continente más pobre monetariamente hablando de nuestro planeta sea precisamente el más rico en aspectos como la belleza. África está repleta de diamantes, nunca mejor dicho, que merece la pena conocer y explorar. Podríamos pasarnos un día entero enumerando rincones, pero hemos preferido empezar directamente por uno de los países más maravillosos y más espectaculares del mundo: Tanzania. Quien lo visita, suele encontrar bastante complejo salir de él y volver a recuperar su vida, y no nos extraña. Deja huella, tanto que es capaz de hacerlo incluso en la distancia.
Tanzania es, entre otras muchas cosas, el paraíso de los safaris. Si sueñas con ver a animales tan mágicos como los leones, leopardos, jirafas, elefantes o rinocerontes en completa libertad, siendo ellos mismos y disfrutando de su hábitat, este es el lugar perfecto para hacerlo. Quizá estemos acostumbrados a verlos en zoos y en otro tipo de reservas naturales, pero no será hasta que viajes a un sitio como Tanzania cuando comprobarás cómo son estos animales en la vida real, cómo se comportan, cómo interactúan entre ellos. Tener la oportunidad de contemplar, en primera persona, a tan solo unos metros de distancia, cómo se relaciona una leona con sus cachorros, por poner un ejemplo, es presenciar un espectáculo único en la vida. Y esto nos lo ofrece cada rincón de Tanzania.
El país está repleto de parques naturales y de reservas, en los que la fauna es uno de los principales atractivos, pero no el único. Ni mucho menos. La flora también es igual de espectacular e igual de hipnótica. En Tanzania puedes pasar de ver paisajes típicos de la sabana a introducirte en bosques y selvas en los que el follaje prácticamente impide ver el cielo. Un contraste que no hace más que aumentar la belleza de un país que puede presumir, curiosamente, de tocar el cielo de África gracias al monte Kilimanjaro. Una de las estampas más impresionantes de nuestro planeta, rodeado de sabana y con la cumbre siempre cubierta de nieve.
¿Crees que ya ha terminado Tanzania? Primera cosa que debes saber sobre ella: nunca acaba, nunca deja de sorprender. Entre sus territorios podemos encontrar algunas de las playas más espectaculares del mundo, de esas que creemos que sólo se hallan en Maldivas. Por poner un ejemplo, Zanzíbar poco a poco se ha ido convirtiendo en uno de los destinos paradisiacos más codiciados del planeta, en el que los viajeros disfrutan de naturaleza, relax y unas vistas que parecen sacadas directamente del paraíso.
Cuando exploras Tanzania, aunque sea en la distancia, es fácil llegar a la conclusión de que es lo más cercano a nuestro origen, al origen de nuestro planeta, a su versión más pura y más virgen. Un lugar perfecto para conectar con ese sitio del que venimos, pero también para conectar con nosotros mismos y con quienes nos rodean, con otras culturas y otras formas de ver la vida. Un país en el que comprender al 100% el significado de la palabra belleza, y un país que queda para siempre en quienes deciden visitarlo