Con Dubai por destino
Dubai es una de las ciudades más ricas del mundo y, como tal, ofrece experiencias únicas basadas en su esencia arábiga y su crecimiento como urbe cosmopolita y moderna; tanto si eres de los que se muere por un viaje de aventura como si lo tuyo es el turismo gastronómico o si viajas con la atención puesta en conocer otras culturas y sus modos de vida y de arte, Dubai excederá todas tus expectativas. Te contamos por qué.
Los más aventureros verán colmados sus deseos cuando descubran que pueden vivir una aventura como la que supone sobrevolar las dunas dubaitís en globo aerostático y no creas que la aventura termina ahí: podrás organizar una cena romántica entre las dunas o una excursión matutina para disfrutar las dunas en todo su esplendor.
Si las dunas y el desierto no son lo tuyo pero quieres poner una guinda aventurera a tu viaje, recuerda que es en Dubái donde está instalada la tirolina urbana más larga del mundo.
En cuanto a la experiencia cultural Dubái es una ciudad muy particular, algo que se explica por sí solo cuando conocemos algo de su historia, una historia no muy larga porque la ciudad de Dubái fue fundada a finales del S.XVIII y durante su primer siglo de existencia fue una ciudad pobre que vivía (malvivía, sería más exacto decir) de la pesca de perlas; fue ya en el S.XX cuando comenzó un magnífico desarrollo que la ha convertido en la epítome del lujo y lo cosmopolita; esa es la razón, sus pocos años como ciudad moderna y pujante, por la que el arte en la ciudad está ligado a la nuevas tecnologías y aquí podrás disfrutar espectaculares shows como el de La Perle, un teatro acuático con notables efectos lumínicos y tecnológicos u otras propuestas basadas en la proyección en 3D y el uso de hologramas.
Decíamos al principio que Dubái era un destino para amantes de la cultura, de la aventura y también de la gastronomía y no decíamos mal, Dubái es, sin duda, lugar para foodies; el restaurante más alto del mundo está en Dubái -At.mosphere- y también encontrarás en la ciudad un restaurante subacuático -Nathan Outlaw en Al Mahara-; el primero en el edificio Burj Khalifa y el segundo en el hotel Burj Al Arab; hay más propuestas interesantes, algunas de cocina asiática, otras más internacionales pero todas creadas en un lugar en el que el lujo y la belleza natural confluyen junto al mar.
No seremos nosotros quienes neguemos que Dubái es país para ricos pero, en lo que respecta a las aventuras turísticas, se nos antoja un pequeño lujo que podemos llegar a plantearnos ¿no crees?.