Tras una con casi cincuenta ediciones,
los 1000 km de Suzuka llegaron el pasado fin de semana al final del camino con la cuadragésimo sexta y última edición. A partir del año que viene la prueba pasa a formar parte del Intercontinental GT Challenge y se convierte en una carrera de resistencia de 10 horas. El
Super GT celebró una auténtica fiesta para homenajear a la prueba y tras seis horas de acción incesante,
la victoria fue a parar a manos de Honda y uno de los equipos que menos optaban al triunfo: Nakajima Racing. Seguramente
la gran decepción del fin de semana estuvo en el coche más oficial de Honda, el del Team Mugen donde competía esta vez Jenson Button. El británico realizó su debut en el campeonato nipón pero sufrió una carrera para olvidar con todo tipo de problemas y de sanciones que le hicieron terminar en duodécima posición, fuera de los puntos. Tan terrible es su situación en el campeonato que ahora mismo se trata del equipo con menos puntos acumulados en las seis carreras disputadas.
La presencia de Button en el Super GT empezó de forma complicada con el tráfico que le molestó en la sesión clasificatoria y le dejó sin llegar a colarse en la Q2, logrando ocupar la novena posición en parrilla. El campeón del mundo de 2009 se subió al coche en carrera en el segundo stint pero su altura dificultó su primera entrada al coche y ello provocó prisas que hicieron que el equipo fuera sancionado por
unsafe release. No fue la única sanción sufrida pues un adelantamiento bajo banderas amarillas les obligó a volver a pasar por boxes y un pinchazo acabó de sentenciar su jornada. Aún así, Button asegura que se divirtió. ¿Le veremos allí en 2018?
La carrera estuvo repleta de acción, con un liderato que fue primero para el Nissan del equipo Kondo Racing que había batido el récord del campeonato en la sesión clasificatoria de la mano del veterano brasileño João Paulo de Oliveira. Pero la alegría de la escuadra duró poco, siendo superados en la vuelta 13 por el
Honda de Real Racing con los colores de Keihin. Este coche fue el gran dominador de la prueba y se mantuvo en primera posición durante la mayor parte de la misma. Tras él, la pelea fue algo menos estable pero rápidamente mostró a ciertos protagonistas fijos. El coche de Kondo Racing se mantuvo en posiciones destacadas mientras por detrás llegaban otros dos Nissan; el coche oficial de NISMO y el popular vehículo del Team Impul con los colores de Calsonic. Ambos tenían que pelear con otros Honda como los de Nakajima Racing y Team Kunimitsu -con la decoración de Raybrig-, además del Lexus del WedsSport Team Bandoh que contaba en esta ocasión con Kamui Kobayashi como tercer piloto en el mismo rol que Button con la estructura de Mugen.
Las peleas entre los integrantes del grupo perseguidor dieron picante a la carrera.
La presencia de dos coches de seguridad alteraron el orden de marcha y obligaron a los equipos a reaccionar y alterar sus estrategias para encajar las cinco paradas mínimas obligatorias con cambio de piloto. Por otra parte, la penalización sufrida por el Nissan número 23 del equipo NISMO por otro
unsafe release les privó de luchar por la victoria a pesar de una gran remontada que les llevó a ser segundos en la línea de meta aunque también les ayudó el incidente ocurrido al Honda Keihin, que sufrió un reventón a falta de pocos minutos para el final, viéndose obligado a retirarse de la carrera.
Tras la última parada, el
Honda de Nakajima Racing pasó a ocupar la primera posición y la gestión de su ventaja en cabeza fue impecable, lo que permitió al coche del equipo de Satoru Nakajima llevarse
su primera victoria desde la última carrera del año en Fuji en 2007. El segundo puesto fue para el Nissan de NISMO que pasa a ocupar el primer puesto en la general mientras que el tercer peldaño del podio lo ocuparon los pilotos del Honda Raybrig tras una muy valorable remontada a lo largo de las 171 vueltas sobre 173 programadas -el máximo de 6 horas impidió que se terminara la distancia completa a causa de los coches de seguridad-. En cuanto al
GT300, la categoría pequeña del campeonato que comparte pista con los grandes coches del GT500 y que
contaba este fin de semana con la participación de dos expilotos de Fórmula 1 como Yuji Ide y Christian Klien, tuvo peleas desde la primera vuelta. Aunque en la sesión clasificación los Toyota 86 bajo la normativa del 'chasis estándar' -chasis común diseñado por Dome y motor común de origen Nissan proporcionado por el campeonato con carrocerías a cargo de cada equipo- dominaron con las tres primeras posiciones, en carrera la historia fue bastante distinta. El único Toyota 86 que aguantó en posiciones delanteras fue la máquina del VivaC Team Tsuchiya, campeón de 2016 y uno de los protagonistas de esta temporada. Fue uno de los candidatos a la victoria y luchó hasta sufrir un accidente con vuelco incluido a falta de tres minutos para el final de la prueba. De esta forma
la victoria se la llevó el Mercedes AMG GT3 de la escuadra Leon Racing, entregando tanto al equipo como a la marca e incluso a Bridgestone su primer triunfo en los 1000 km de Suzuka. El campeonato seguirá adelante con las dos pruebas que faltan para terminar el año. En cuanto a 2018, la carrera que reemplazará a los 1000 km de Suzuka será una cita de 500 millas en Fuji.