Con los ojos de medio mundo puestos en la IndyCar Series esta semana por la presencia de Fernando Alonso en las 500 Millas de Indianápolis estaba claro que el campeonato norteamericano iba a aprovechar la oportunidad para promocionar su producto. Los aficionados tenían claro que podrían
ver algo del nuevo coche del campeonato para 2018 y el certamen ha respondido a las expectativas. En los días previos a la 101ª edición de las 500 Millas de Indianápolis, la IndyCar
ha desvelado nuevos diseños por ordenador de los kits aerodinámicos que montarán sus coches tanto en pistas ruteras, urbanas y óvalos cortos (segunda foto) como en los denominados 'superspeedways' u óvalos grandes (primera y tercera foto): adiós a los kits desarrollados por Honda y Chevrolet, que a partir de ahora se centrarán única y exclusivamente en el apartado de motores.
Las diferencias con la actual generación de monoplazas de IndyCar saltan a la vista. Frente a lo recargado de los diseños empleados entre 2014 y 2017, con multitud de aletines colocados en las zonas abiertas por reglamento para que Honda y Chevrolet las explotaran al máximo,
los nuevos diseños destacan por su limpieza y simpleza. Además la IndyCar Series parece camino de
cumplir su promesa de inspirarse en la imagen de los IndyCar del pasado, de la última gran época gloriosa de las 500 Millas de Indianápolis, entre los años ochenta y noventa: queda claro al observar la ausencia de chimenea, propiciada por el empleo de motores turbo con menor necesidad de refrigeración. Eso sí, se mantiene un arco de seguridad sobre el habitáculo.
De los dos diseños hasta ahora presentados para renovar la imagen del Dallara DW12 estrenado en 2012, sin duda el que más impacta es el de 'superspeedways', en especial por
su alerón trasero reducido a la mínima expresión y de forma tremendamente peculiar. Falta ver si una idea tan extrema puede ser llevada a la práctica sin problemas. Conoceremos
la respuesta a partir de mediados de este verano, cuando ambos kits aerodinámicos comiencen a ser probados. Pero olvidándose de la guerra aerodinámica entre Honda y Chevrolet la IndyCar ya ha dejado un mensaje claro: por encima de los intereses de las marcas debe estar el interés del campeonato y la calidad de la competición. Esa y no la estética será la clave del éxito de estos nuevos diseños.