Una coincidencia técnica y el trabajo honesto de Porsche regaló a los franceses su última victoria en las 24 horas de Le Mans en 1974.
Recordamos las 24 horas de Le Mans de 1974, edición en la que Matra se despidió por todo lo alto con una victoria obtenida gracias a Porsche.
Cuando el Campeonato del Mundo de Sport llegó a La Sarthe para la edición de 1974 de las 24 horas de Le Mans, el panorama era muy distinto al del año anterior. Sí, Matra seguía siendo la gran favorita después de dos victorias consecutivas pero las sensaciones eran muy distintas. Los franceses inscribieron tres unidades del MS670 y una del renovado MS680, lo que les situaba con cuatro coches para pelear con los Gulf GR7 del equipo de John Wyer. Los coches más rápidos y el doble de unidades que sus principales rivales...
Si había una ausencia que se sentía por el paddock, esta era la de la Scuderia Ferrari. Aunque aún había algunos de sus coches en pista, el equipo no tenía ya presencia oficial tras retirarse de la resistencia tras 1973. En total, siete coches de la marca italiana salieron a competir, entre los que se encontraban cinco unidades del 365 GTB/4, una del 308 GT4 y una del vetusto 312P, un prototipo confiado a Teodoro Zeccoli y Jean-Claude Andruet. Curiosamente, cinco de estos siete coches estaban inscritos por el North American Racing Team, lo que hacía que muchos consideraran estas máquinas como semi-oficiales.
La presencia española en esta edición de las 24 horas de Le Mans se veía representada por dos coches, siempre de la marca Porsche. En la categoría de Sport hasta 3.000 centímetros cúbicos, un Porsche 908/3 de la Écurie Tibidabo contaba en sus filas con una alineación 100% española gracias a Francisco Torredemer, Juan Fernández y Bernard Tramont. No tuvieron una gran actuación, con una retirada tras solo doce vueltas. No les fue mucho mejor a los chicos del a Escudería Montjuich, con un José-Maria Fernández que compartía con Claude Haldi y Jean-Marc Seguin el Porsche 911 Carrera RSR de la clase GT. Duró algo más pero 41 vueltas tampoco son para tirar cohetes.
En cuanto a la carrera en sí, el desarrollo se vio afectado por los problemas de uno de los Gulf GR7 de Gulf Research Racing; los famosos Mirage que eran los únicos coches en teoría capaces de pelear con los Matra. Los problemas del coche de Vern Schuppan y Reine Wisell tras solo 49 vueltas dejaron a Matra con una situación muy cómoda. Pero en Le Mans suele pasar de todo y tras el abandono de uno de los GR7, como si la carrera quisiera igualar las cosas, el coche de Jean-Pierre Beltoise y Jean-Pierre Jarier quedó fuera de combate al llegar la noche. Era el nuevo MS680... e iba a ir seguido de la máquina de Jean-Pierre Jaussaud, Bob Wollek y José Dolhem (hermanastro y primo-hermano de Didier Pironi).
Los abandonos de dos Matra antes de llegar a mitad de carrera ponían presión sobre el equipo local, aunque las dos máquinas supervivientes iban a funcionar generalmente bastante bien. Problemas, los hubo prácticamente para todos, y de forma casi inexplicable la carrera se encontró con el Porsche 911 RSR Turbo de Martini Racing en segunda posición. Se trataba de un GT, un coche de calle preparado, que lograba estar por delante de todos los grandes equipos y solo por detrás del Matra que parecía ir lanzado hacia la victoria. Hubo quien llegó a plantearse soñar con una victoria de un derivado de calle en Le Mans. Pero no tenía sentido.
Para el desarrollo de la carrera, la clave llegó en los compases finales. Primero, el Matra número 7 que andaba en primera posición con once vueltas de ventaja sufrió problemas en la transmisión. Curiosamente, tanto la caja de cambios como la transmisión del MS670C habían sido diseñadas en Weissach… eran de diseño Porsche. Habría sido fácil para los alemanes ser algo más lentos en su respuesta y solución del problema, pero en juego estaba el honor de la división encargada de estas piezas.
Porsche resolvió el problema lo más rápido posible y aunque Henri Pescarolo y Gérard Larrousse perdieron 45 minutos, volvieron a pista aún con una vuelta de ventaja sobre el segundo puesto. Acabarían ganando. La ironía de las carreras quiso que el 911 RSR Turbo de Herbert Müller y Gijs van Lennep sufriera luego problemas en el embrague. El inesperado rival de Matra para la victoria perdió cinco vueltas y pasó a estar a seis de los líderes, cruzando la línea de meta tras 24 horas a seis giros de los vencedores, en segunda posición.
El podio lo completó el coche número 9 de Matra, otro de los MS670C que sorprendentemente había sufrido de otros problemas durante la carrera, impidiéndole ello estar más arriba. Al final, el coche de Jean-Pierre Jabouille y François Migault acabaría a 13 vueltas del compañero y ganador de la carrera. En cuanto a los pilotos españoles, ninguno logró completar la carrera, en lo que fue un mal día para ellos. Llegarían tiempos mejores y con mayor protagonismo, en poco más de una década…