El programa de Mazda y su máquina del Grupo B en los años 80 fue bastante menos extenso de lo que cabría esperar de una marca como esta. Difícil es imaginar hoy en día el desarrollo de un "monstruo" como el Mazda RX-7 del Grupo B para competir en un total de cinco rallies a lo largo de 1984 y 1985 -por lo menos con un podio en Grecia en el segundo año-. Tras la desaparición de una de las clases técnicas más emocionantes de la historia del WRC, hubo que replantearse el futuro y
ello llevó a Mazda a dar una fría campanada en 1987.
En 1986 Mazda había hecho ya debutar una versión con tracción integral de su 323. El Mazda Familia, como era más comunmente conocido, no era el clásico coche de rallies pero el destino había acabado llevándole a los tramos. Un cuarto puesto de Ingvar Carlsson en el Rally de Monte Carlo de 1987 llamaba al optimismo pero poco podían imaginarse en el Mazda Rally Team Europe que en Suecia iban a vivir un fin de semana mágico, como de cuento de hadas. La gran sorpresa se produjo desde el inicio.
La batalla por la victoria fue intensa y se vivió desde el primer momento con
Timo Salonen con Mazda y Mikael Ericsson con Lancia empujando más que nadie. Los pilotos nórdicos han dominado tradicionalmente el Rally de Suecia y en esta ocasión no iba a ser distinto -no en vano los diecinueve primeros clasificados al terminar la prueba iban a ser nórdicos-. Lo que nadie se esperaba era que el Mazda 323 con tracción integral fuera a ser uno de los protagonistas en la densa nieve sueca. Pero lo fue y con el veterano Salonen -campeón tan solo dos años antes con el Peugeot 205 T16- al volante, lo que parecía una quimera empezó a convertirse en una posibilidad.
Con el paso de los tramos, quedaba claro que el Familia iba a competir por la victoria con el Delta HF. La ausencia de Miki Biasion, ganador del Monte Carlo, era una ayuda pero de todas formas en Suecia la gran amenaza debía ser Juha Kankkunen. Aún así, nada tuvo que hacer el finlandés contra la pareja de cabeza. Tras el vigésimo séptimo tramo cronometrado, el rally llegó a su fin y
Timo Salonen obtuvo una sonada victoria. Mazda se estrenaba en el Campeonato del Mundo de Rallies y lo hacía con una prestigiosa victoria en Suecia. Para Salonen, fue el último triunfo de su dilatadísima carrera que aún llegó a verle en un Peugeot 206 WRC en 2002. Tras él, Ericsson firmó su primer podio mundialista a tan solo veintitres segundos mientras Kankkunen pensaba en el campeonato y era tercero a casi dos minutos.
Los puntos obtenidos por Kankkunen junto a la ausencia de Biasion acabarían resultando decisivos en la lucha por el título que se resolvió a favor del primero. Pero volviendo al Rally de Suecia,
para encontrar al primer piloto no nórdico habría que bajar hasta la vigésima posición, con Alessandro Fiorio -hijo del mítico Césare Fiorio- a bordo de un Lancia Delta HF privado del equipo Jolly Club. Fue uno de los nueve pilotos no nórdicos -por sesenta nórdicos- en completar el evento. El epílogo de la historia para Mazda tuvo un doble final feliz, puesto que
tras el triunfo de 1987, la marca japonesa repitió éxito dos años más tarde. Esta vez, la victoria en el Rally de Suecia fue para Ingvar Carlsson, que completó un fantástico 1989 para el Mazda 323 con otro éxito en Nueva Zelanda. Junto con un podio de Timo Salonen en Finlandia, esto hizo que Mazda finalizara la temporada en tercera posición de la general de constructores habiendo disputado "sólo" seis pruebas. ¡Todo un éxito!