NO TE LA JUEGUES O LO ESTROPEARÁS
Llegan las semanas más frías del año y, con ellas, la nieve y las heladas que pueden afectar a nuestro coche. Estas recomendaciones harán que no lo lastimes al retirar esas capas blanquecinas.
Enero es, normalmente, el mes en el que más frío hace y más nieva en España. Durante las próximas semanas y, según la región, hasta finales de marzo, es bastante probable que tengamos que retirar la nieve o el hielo de encima de nuestro automóvil antes de poder usarlo si vivimos en zonas a partir de 800 metros de altitud o viajamos hasta ellas. Por este motivo, te ofrecemos cinco recomendaciones para llevar a cabo este proceso sin deteriorar la carrocería o los cristales del coche.
En la mayoría de tiendas especializadas en accesorios para vehículos podrás encontrar estos dos objetos, especialmente útiles en invierno. Son bastante baratos y su tamaño permite almacenarlos en el maletero sin que le resten mucho espacio. Tanto el cepillo para nieve como el rascador para hielo están diseñados para no arañar la pintura o el vidrio.
Si no hay que quitar mucha nieve, pero la temperatura es tan baja que la capa de hielo sobre el cristal delantero es demasiado gruesa como para que un rascador haga efecto sin sufrir o emplear mucho tiempo, puedes comprar un líquido anticongelante especial o fabricarlo tú mismo con una solución en la que mezcles dos partes de alcohol (el de limpieza doméstica sirve) y una de agua.
En caso de no disponer de ninguna herramienta para eliminar el hielo o la nieve de forma manual, simplemente arranca el automóvil y, al cabo de poco tiempo, pon en marcha el climatizador en modo calor, priorizando las salidas de aire que fluyen hacia el parabrisas. Verás como la capa se va fundiendo y resulta más fácil eliminarla.
Como es más sensato prevenir que curar, lo mejor para no tener que lidiar con el hielo y la nieve (o al menos limitar sus perjuicios) es utilizar una funda para el coche que lo cubra por completo. En caso de no contar con una (no son especialmente baratas), al menos busca un plástico con el que proteger el cristal.
En la línea de lo anterior, es recomendable poner los limpiaparabrisas en una posición vertical (como cuando se van a sustituir sus gomas) que evite su contacto con el vidrio. De este modo, no se adherirán, podrán usarse sin provocar rayas y se facilitará tanto su limpieza como la del cristal.