La nueva generación de multiespacios ligeros de PSA ya podemos darla por completada tras la presentación de los nuevos Citroën Berlingo Multispace, Opel Combo Tour y el Peugeot Rifter, este último sucesor natural del anterior Partner Tepée. De todos ellos habrá también versiones comerciales. El Rifter sigue las pautas de estilo de los últimos Peugeoten el frontal, siendo muy similar a sus mellizos de proyecto en el resto de vistas (la zaga y trasera no pueden modificarse demasiado si se quieren contener los costes). Soluciones como la luneta practicable o los elevalunas eléctricos traseros seguro que convencen a los usuarios.
En el interior sí hay diferencia con los mellizos de Citroën y Opel, optando por una instrumentación sobre-elevada como en los turismos de Peugeot.
Denominado i-cockpit, se tiene que visualizar por encima de un volante que tiene reducido tamaño. No gusta a todo el mundo así que podríamos decir que la firma francesa ha arriesgado bastante.
El resto del salpicadero se mantiene sin cambios, con la pantalla multifunción de buenas dimensiones en posición elevada y mandos de climatización separados (todo un acierto). El interior podrá tener capacidad para cinco o siete pasajeros en las dos carrocerías disponibles, una corta con 4,4 metros y otra XL con 4,75 metros de longitud.
La gama de motores anunciada en un principio contemplará el
1.2 e-THP de 100 CV y 130 CV, y los diésel 1.5 BlueHDI con 75, 100 y 130 CV de potencia. El año que viene los dos más potentes podrán ir equipados con la nueva transmisión automática de ocho velocidades. Una novedad del nuevo Rifter respecto al Partner Tepée es que podrá ir combinado
con el nivel de terminación GT-Line. Será una opción alta de gama con detalles decorativos que lo acercan a los crossover (aunque la denominación sugiera deportividad), incluyendo molduras plásticas, llantas específicas, etc.