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Averías en EGR y FAP de coches diésel: cómo evitar esta dolorosa visita al taller

Averías en EGR y FAP de coches diésel: cómo evitar esta dolorosa visita al taller

Tubo de escape echando humoCentímetros Cúbicos

Los motores de combustión son cada vez más limpios y más respetuosos con el medio ambiente. Eso es algo innegable, un hecho que a día de hoy nadie se atreve a discutir. Y buena parte de la "culpa" de que estos motores sean cada vez más limpios lo tienen dos elementos que ayudan a mejorar el rendimiento de emisiones de los propulsores: la válvula de recirculación de gases de escape EGR y el filtro antipartículas FAP.

La válvula EGR se encarga, en su funcionamiento, de forzar a una proporción de gases de escape procedentes de la combustión del motor a introducirse de nuevo en la cámara de combustión con el fin de conseguir una mayor limpieza en los gases expulsados.

Por otra parte, el FAP se encarga de atrapar partículas nocivas procedentes de la combustión para posteriormente transformarlas en elementos menos nocivos mediante un proceso de regeneración a altísima temperatura.

filtro-de-particulas-dpf-1 | Centímetros Cúbicos
Ambos elementos son muy caros, y no está de más cuidarlos con sencillos procedimientos. Si queremos olvidarnos de las averías y de las visitas al taller por culpa de estos dos sistemas, debemos, en el caso de la EGR, subir de vueltas nuestro motor de forma ocasional, evitando conducir siempre a muy bajas revoluciones.

Utilizar combustible de calidad también ayuda a que nuestra EGR no se atasque. Si es el FAP el elemento que nos preocupa, no está mal tampoco estirar de vez en cuando dos o tres marchas con el fin de ayudar a que los gases salgan más fácil y rápidamente al exterior.

Los FAP necesitan "regenerarse", es decir, quemar todas las partículas atrapadas en su interior de forma sistemática. Para ello utiliza en algunas ocasiones combustible adicional, activando una secuencia muy concreta que apenas dura unos minutos. Es muy recomendable que jamás cortemos este procedimiento apagando el motor de nuestro coche, ya que los daños podrían ser sustanciales.

Si detectas que tu vehículo está regenerando el FAP, no lo pares, sigue circulando y, a poder ser, con cierta "alegría". Esto ayudará a que nuestros sistemas anticontaminación gocen siempre de buena salud. #TePuedeInteresar ¿Pensando en coche nuevo? 5 razones por las que el diésel ya no es tan buena opción