Las berlinas de Lexus o la máxima expresión del lujo y la comodidad

A finales del Siglo XX, Toyota ya se encontraba entre las marcas más importantes del mundo, debido a su alto volumen de ventas y calidad de sus coches. Sin embargo, todavía no habían dado el salto definitivo al terreno de los modelos premium, un mercado lleno de posibilidades, pero también de dificultades.

Y para dar ese salto se necesitaba una nueva marca. Un nuevo estandarte del lujo y la calidad para luchar contra los más grandes. Así nació Lexus, un fabricante que durante toda su historia ha destacado por desarrollar varias de las mejores berlinas de lujo del mundo.

Coche y marca llegaron de forma oficial en 1989 en el Salón de Detroit. Allí aterrizó Lexus con su primer modelo, el LS 400, una berlina de lujo que dejó a todo el mundo boquiabierto por su refinamiento de marcha, su tecnología, su equipamiento y su seguridad, contando por primera vez en la historia con un airbag integrado en el volante.

Pero el lanzamiento del LS 400 no vino solo. También se unió a la familia el ES 250, un modelo que, unos años más tarde, en 1992, llegaría con su segunda generación, que se proclamó el coche más vendido de la marca en muy poco tiempo. A partir de aquí comenzó el ascenso de Lexus en el mercado americano, y también su expansión a nivel mundial, llegando a nuestro país a mediados de los 90.

Para aquellos que demandaban una berlina más compacta, Lexus lanzó en 1999 el IS. Un modelo con el que la marca quería llegar a un público más general y sus atractivos eran un motor de seis cilindros en línea de 155 CV para el IS200 y 214 CV para la versión IS300.

Entre el gran LS y el compacto IS estaba el GS. Se trata de una berlina de tamaño medio de propulsión trasera que quería luchar con los más grandes en el segmento E, dominado por los BMW Serie 5 y Mercedes-Benz Clase E. El GS fue pionero en la tecnología que ha forjado el gran nombre del fabricante japonés: los motores híbridos.

En su tercera generación, en 2006, el GS 450h estrenaría por primera vez en la historia un motor híbrido autorrecargable en una berlina de lujo, con 340 CV. Poco después, en 2009, llegaría el primer modelo de Lexus nacido para ser exclusivamente híbrido, el HS 250h, una berlina que se posicionaba entre el IS y el GS. Sin embargo, este modelo nunca llegaría a nuestro país.

En esa época, esa tecnología sonaba a “cuento chino”, bueno, más bien japonés. Porque prácticamente ninguna marca tenía interés alguno en desarrollar modelos con ese tipo de motores híbridos. Pero, al final, el tiempo dio la razón a Lexus. Aunque también es verdad que hay que tener en cuenta lo que quiere el mercado, y la gente en esos años demandaba berlinas muy deportivas.

Y producto de ello, en 2007, Lexus lanzó una división deportiva para su marca con el apellido “F”, que hace referencia al circuito de Fuji Speedway, el trazado que utilizaba la marca para probar sus modelos. El primero en llegar fue el IS F, un modelo que quería competir directamente con el BMW M3, y para ello incorporó un V8 de 5 litros desarrollado junto a Yamaha Racing, primero con 417 CV y con 450 en su posterior restyling

Sin embargo, pese a la buena pinta que tenía ese IS F, su producción cesó en 2014, con unas modestas ventas de 11.000 unidades a nivel mundial. Era un coche que enamoró a muchos, pero que no todo el mundo entendió. Por eso Lexus decidió seguir haciendo lo que mejor se le daba, desarrollar berlinas de lujo impulsando la tecnología híbrida.

En la actualidad, Lexus cuenta en nuestro país con dos berlinas de lujo. El ES 300h, que lleva un motor híbrido de 218 CV y que el año pasado Alberto probó para el programa junto con los nuevos retrovisores digitales. El otro modelo es el LS 500h, que también cuenta con un motor híbrido de 359 CV. Se desmarca, como os podéis imaginar, como el modelo más longevo, ya que después de casi 35 años de vida sigue estando a la cabeza en calidad de acabados, insonorización y tecnología.