SEGURIDAD VIAL
Cuando las temperaturas son bajas y tenemos que iniciar un trayecto, lo ideal es esperar a que el coche coja cierta temperatura… algo para lo que, a veces, no hay tiempo o paciencia. Muchos conductores se ponen al volante con guantes de lana: ¿nos pueden sancionar con ello? ¿Hay más consecuencias que las económicas? Resolvemos todas las dudas
Conocemos las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico para conducir durante los meses más fríos del año: una de ellas pasa por arrancar el coche y esperar a que coja temperatura para encender la calefacción y mantener una temperatura adecuada en el interior del vehículo. No obstante, a veces, no podemos (o no queremos) esperar y nos ponemos al volante igual de abrigados que cuando vamos a pie: ¿conducir con guantes es igual de peligroso que hacerlo con abrigo?
Si repasamos los distintos reglamentos que regulan la conducción, no encontraremos ninguna norma que, de manera específica, prohíba conducir con guantes porque no es una infracción. Entonces, ¿por qué llevarlos puede transformarse en una multa? Todo depende de la interpretación de los agentes de tráfico, que podrían interpretar que este accesorio no nos permite controlar correctamente el vehículo.
Menos agarre
Un argumento perfectamente válido si lo basan en tres artículos de los que os hablaremos más abajo y si argumentan que conducir con guantes nos impide agarrar el volante con firmeza y seguridad. No sólo puede ser motivo de sanción, también puede ser el desencadenante de un incidente. Si están hechos de material textil (algodón, lana, tejido sintético…) perderemos adherencia: tanto en el volante como en la palanca de cambios. Además, los de invierno suelen ser gruesos, complicando, aún más, el manejo de estos dos elementos.
Así las cosas, conducir con guantes puede suponer una multa de hasta 200 euros si las autoridades consideran que ha habido negligencia por nuestra parte, ya que esta, es una infracción grave. No obstante, la cuantía habitual suele ser de 80 euros.
Los argumentos
Como decíamos antes, los agentes de Tráfico deben razonar el motivo de esa sanción y pueden hacerlo basándose en tres artículos del Reglamento General de Conductores (RGC): el 3, el 17 y el 18… sobre los que ya os hemos hablado en otras ocasiones.
El primero establece que todos los conductores deben conducir con la diligencia y la precaución necesarias para evitar todo daño (propio o ajeno). El segundo dictamina que el conductor tiene que estar, siempre, en condiciones de controlar el vehículo. Y el tercero estipula que debe mantener la libertad de movimientos y debe poder conducir con la posición adecuada para garantizar su capacidad de reacción y la seguridad de todos. Conducir con guantes entraría en conflicto con ellos.
Guantes específicos para conducir
No obstante, si un conductor lleva unos guantes específicos para conducir, no habría riesgo de sanción. Este tipo de complementos están diseñados y hechos para funcionar como una segunda piel, ya que su objetivo es garantizar la sensibilidad y un buen agarre del volante sin limitar el movimiento de dedos y manos. Razón por la que se suele emplear piel en su fabricación.
Lo cierto es que este equipamiento siempre ha estado presente en el mundo de la automoción. Cabe recordar que los primeros conductores llevaban siempre guantes para protegerse las manos de los gases y vapores que desprendían los vehículos en aquella época: por eso, el hueco que hay frente al copiloto se llama guantera.