REPARAR PINCHAZO
Si dudas entre si debes reparar un pinchazo o cambiar la rueda, te ayudamos a saber todo lo que debes tener en cuenta para decidir.
Uno de los contratiempos que puedes sufrir como conductor en cualquier momento es el pinchazo de una rueda. Pasar por un camino en condiciones precarias, circular inconscientemente con el neumático a presión o temperatura inadecuada o topar con un elemento punzante minúsculo e invisible a tu vista puede amargarte el día de repente. No obstante, y con el propósito de darte las herramientas y la solución a este hipotético problema, en este post te vamos a indicar cuándo reparar un pinchazo y cuándo es mejor idea cambiar la rueda afectada.
Si el pinchazo se produce en la banda de rodadura, en la inmensa mayoría de los casos tendrá solución, salvo que tenga lugar en una fase de rodaje más o menos larga hasta que el coche se detenga completamente. Todo lo contrario si ocurre en la zona de los hombros o en los flancos, por lo que habría que sustituir el neumático. No obstante, con los flancos también hay una excepción: que el índice de velocidad no supere el índice T y el agujero producido tenga un diámetro de 3 milímetros o menos.
Por lo general, al acudir al taller, y más si tenemos cobertura ante pinchazos en el seguro, lo que se nos sugerirá es reparar el pinchazo, salvo que realmente sea imposible hacerlo o sea muy peligroso circular con esa reparación.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta el tipo de uso que vamos a hacer del vehículo. Para circular por ciudad, o a velocidades moderadas respetando límites de velocidad, sin salir del asfalto, la reparación del pinchazo puede ser una buena solución.
Asimismo, también es posible con un kit de reparación con espuma y con mecha. Aun así, en caso de no saber cómo proceder o no contar con estos utensilios, lo mejor es llamar inmediatamente a la grúa y contactar con el taller de confianza más cercano.
Dicho esto, la forma más obvia de reparar un pinchazo (si se sabe hacer paso a paso) es cambiarla por nuestra cuenta poniendo el coche sobre una superficie plana y estable y echando mano de herramientas como el gato hidráulico para elevarlo y la llave para aflojar los tornillos de la rueda a retirar y apretar los de la de repuesto o también llamada "galleta". Lo ideal es contar con una rueda de repuesto igual que las estándar y no esa rueda de "galleta" que solo es para llegar hasta el taller.
Por lo general, los fabricantes recomiendan sustituir cada 45.000 kilómetros o cada diez años, en función de lo que llegue antes. Así, si el pinchazo ha sucedido en un momento del tiempo en el que la vida útil del neumático estaba cercana a su final, puede ser una buena idea optar por cambiar las ruedas de tracción. En cualquier caso, el momento y la necesidad de cambiar las ruedas están condicionados por determinados hábitos: la velocidad de circulación, la presión a la que se encuentren, carga o sobrecarga que tenga el coche, la manera de frenar, etcétera.
Si exiges mucho al coche, a altas velocidades en carretera, circulando por zonas reviradas, o con acelerones y frenadas algo bruscos o deportivos, entonces contar con los neumáticos en el mejor estado es algo vital. Son el contacto con la carretera. Por lo que contar con unos neumáticos en perfecto estado es algo clave para poder circular con más seguridad, sobre todo cuando se va a exigir un alto rendimiento al vehículo.