Aunque y las fuentes de energía alternativas como el hidrógeno, a los combustibles fósiles convencionales aún les queda un poco de cuerda para seguir quemándose y emitiendo a la atmósfera gases contaminantes durante unos cuantos años más. En este contexto, hay buenas noticias para aquellos partidarios de los hidrocarburos, los combustibles fósiles y los vehículos con motor de combustión interna. Malas noticias, sin duda, para los defensores del medioambiente, los que no dejan de insistir en el problema que supone el calentamiento global para el planeta y, en definitiva, para todos los que tienen cierta sensibilidad por la ecología. Y es que en Texas, concretamente en la rica cuenca Pérmica, se ha descubierto el que hasta ahora es
el mayor yacimiento de petróleo de esquisto jamás hallado en Estados Unidos. Según
Gizmodo, el yacimiento albergaría en su interior el
crudo equivalente a 20.000 millones de barriles. Traducido a dinero: casi un billón, con b, de dólares. Unos
900.000 millones de dólares, al precio actual del barril de crudo. Siguiendo la información del informe del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), al crudo le acompaña otra vasta cantidad de gas natural, estimada en unos
1600 millones de barriles de gas natural líquido. Ambos recursos, según la USGS, son aptos para ser extraídos. La diferencia del crudo que se extrae mediante la perforación de pozos verticales convencionales con respecto al petróleo de esquisto, como el encontrado en este depósito en la cuenca de Midland, es que este último se considera
"no convencional", pues las reservas de crudo se encuentran atrapadas en la corteza terrestre. Para extraerlo, se emplea
la
controvertida técnica de fracturación hidráulica o fracking, consistente en inyectar grandes cantidades de agua a alta presión y aditivos químicos para fracturar las rocas y liberar los recursos energéticos. Fuente:
IFLScience.com