El nuevo "arma de seducción" de Volkswagen para los clientes estadounidenses es el , un SUV con algo más de cinco metros de longitud de diseño soso, aburrido y poco expresivo. Sí, aunque parezca increíble, la firma alemana ha diseñado un producto carente de personalidad para intentar conquistar a esos usuarios. Teniendo en cuenta los modelos más demandados del segmento, está claro que la idea de Volkswagen es acertada.
Muchos clientes compran más por imagen de marca u otros apartados como el equipamiento que por su estética, de manera que no arriesgando en sus formas conseguirían encajar con los gustos de una gran mayoría.
Pese a que el Atlas tiene que ser "aburrido" para lograr el éxito, en Volkswagen quieren llegar a un público que valore su amplio habitáculo y desee un poco más de estilo.
Para ellos va destinado el paquete deportivo R-Line que pone el acento dinámico al conjunto. Entre otras los
Atlas R-Line reciben paragolpes de nuevo diseño, faldones laterales más prominentes, llantas de aleación de hasta 20 pulgadas, cola de escape cromada y, ya en el interior, volante deportivo, tapizado exclusivo y moldura decorativa en umbral de puertas. La oferta de motores se mantendrá sin cambios, arrancando con
el 2.0 TSI como opción de acceso y culminando con el 3.6 V6 de funcionamiento más refinado. De serie irán ligados con una caja automática y dejan la tracción total como elemento opcional.